Hola a todos: Estoy aquí de pie, en el campo de batalla de Jarama, y recuerdo con dolor a los camaradas que sacrificaron sus vidas. Pienso especialmente en los compañeros irlandeses: Charlie Donnelly y Kit Conway, personas bondadosas que vinieron a España, como yo, para combatir el fascismo. Sí, vinimos a luchar, pero también compartíamos un ideal, una visión del futuro. Veíamos al fascismo como la expresión más cruel del capitalismo y por ello luchamos por un mundo diferente; un mundo donde todos pudiéramos vivir en paz, en hermandad y en armonía con el medio ambiente.
Al mirar al mundo actual, sin caer en la sentimentalidad, debo hacer la siguiente pregunta: “¿Mis camaradas sacrificaron en vano sus vidas?” Algunos dicen: “Sí, perdimos la guerra en España, pero el fascismo fue finalmente derrotado. Ahora tenemos democracia en España e, incluso, un gobierno socialista”. Bien, todo eso puede ser cierto, pero ¿y el ideal por el que vivieron y murieron mis camaradas? ¿Acaso podemos afirmar que ese ideal ha triunfado en España cuando en las últimas elecciones cerca de la mitad del electorado votó por un partido que está volviendo a sus raíces fascistas?
Todo el mundo ha podido contemplar los asesinatos en masa cometidos en Latinoamérica y Vietnam así como los genocidios o limpieza étnica que se están cometiendo en Sudán y en Palestina. Vemos un imperialismo brutal en Iraq y Afganistán, aumenta la producción y venta de poderosos armamentos, el uso de armas químicas y la militarización del espacio. Vemos ataques descarados a los derechos y libertades civiles y la introducción, cada día más alarmante, de tecnologías para la vigilancia y control de las personas por parte del Estado. La justicia ha quedado enlodada con el secuestro de sospechosos sin sentencia judicial para ser torturados… y todo ello en nombre de la democracia. Puede que Hitler y Franco estén muertos, pero ¿podemos afirmar que el fascismo ha sido derrotado? En lugar de uniformes ahora llevan trajes. En lugar de siniestros símbolos y saludos, utilizan las compañías de relaciones públicas. En lugar de desenfrenados discursos racistas y chauvinistas, ahora utilizan el lenguaje del Cristianismo y la Democracia. Pero no podemos caer en sus trampas. Los fascistas están vivos y gozan de buena salud; siguen presentes en las instituciones de poder. Por tanto, vuelvo a hacer la pregunta: “¿Mis camaradas sacrificaron sus vidas en vano?” Hoy estamos a punto de sufrir una terrible catástrofe medioambiental. El capitalismo no tiene medios para resolverla porque es el propio capitalismo quien la ha causado. Hace pocos días, algunos importantes hombres de negocios del mundo emitieron una declaración urgiendo a George Bush a tomarse en serio el calentamiento global. Esos hombres de negocios no son estúpidos y ven el futuro que se nos echa encima. Pero piensan que con algunos simples retoques podrán conservar su poder y riqueza....
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