08 de febrero de 2009F. FRANCO / VIGO Ana R. Cañil ha hecho cierta esa máxima de que el periodismo es el primer borrador de la Historia y, buscando rendijas de tiempo libre, ha escrito lo que le valió el Premio Espasa de Ensayo: "La mujer del maquis". Y a fe que, de la zona cántabra en que se mueve, va sobrada de datos.No hace falta especial agudeza para percibir, al poco de estar con Ana R. Cañil (¡obstáculo fónico, el de esa "R" por medio!), que está impregnada por el alma de ese oficio sobre el que habrá echado pestes y maldiciones un sin fin de veces. Pero Ana es, siendo joven (relativamente), una periodista de la vieja guardia, curtida en el trabajo sobre papel y que proyecta hoy su pluma sobre lo "on line" en la web de información general soitu.es. Lo suyo es la información económica así que la dedicación a materia tan extraña a ello como un libro sobre el maquis en Cantabria y, concretamente, en torno a la figura del último "emboscado", seguro que le sirvió de paréntesis terapéutico.
-La literatura y ensayística sobre la guerra civil y sus secuelas ha llegado a ser casi invasiva últimamente. Sin embargo, poco se ha escrito de los maquis, es cierto...
-Poco o casi nada. Si vas a cada una de la comunidades autónomas hallas guerrilleros que han sido estudiados, como José Castro Veiga "El Piloto" en Galicia, Juanín y Bedoya en Cantabria... Pero lo que me llamó mucho la atención, y es una singularidad de mi libro, es que hubiera tan poco sobre los enlaces y las mujeres que les ayudaron.
-¿Tal fue su importancia?
-Entre los historiadores hay quien especula con 60.000, otros 20.000 pero en lo que sí coinciden es que el 50 por ciento de esos enlaces fueron mujeres. Es muy difícil entender la guerrilla sin ese apoyo y el de las familias. En ese valor no se ha trabajado mucho.-Y Bedoya, en Cantabria, resulta ser el último maquis...
-Eso creemos porque entra en el 52 y le matan de 13 tiros en el 57, el mismo año que cae su compañero Juanín. Cuando él ingresa el maquis ha sido disuelto por el PC en favor de otras tácticas y prácticamente no existe. Se discutirá si es el último caído pero no que es el último en entrar.
-A medida que transcurre la posguerra debió ir evolucionando la situación...
-Cierto. Los que se echaron primero al monte esperaban que, si ganaban la II Guerra Mundial, los aliados iban a intervenir en España para eliminar la dictadura. Pero eso no ocurrió y esos apoyos que tenían se fueron deteriorando, acosados entre dos fuegos: los maquis y la Guardia Civil.
-¿Hasta qué punto la persecución de los no afectos al nuevo régimen puede considerarse una cacería humana?
-En el caso que mejor conozco, el cántabro, fue una verdadera cacería humana y el modo en que murieron lo certifica. Pero es que con los enlaces y las familias del maquis, por el simple hecho de serlo, la represión fue atroz. Simplemente por acoger unas noches a un maqui te podían caer entre 3 y 20 años si tenías antecedentes, por el cargo de cooperación con banda armada.
-Hay por esas fechas dictada una Ley de Responsabilidades...
-Fue dictada en la posguerra y, qué inaceptable, con su carácter retroactivo. Es decir, que admite responsabilidades penales para quienes hayan colaborado desde 1934, antes de la guerra....
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