18.01.09 - J. ABIETAR ZAHONERO VALENCIAEl juez Baltasar Garzón acaba de enviar a los juzgados de instrucción decanos de Valencia, Burgos, Barcelona, Madrid, Málaga, Vizcaya y Zaragoza todos los datos sobre los niños perdidos del franquismo. Un paso más dentro de la causa que investiga las desapariciones de la época. Pero no todos los menores fueron robados, algunos fueron obligados por sus padres a vivir con otras familias para evitar su rapto.
Este es el caso de Julia Gómez. "Mis padres eran comunistas y cuando acabó la guerra intentaron marcharse de Valencia para que no le pegaran un tiro. Mi padre se fue un día antes y mi madre cogió lo justo para alimentarnos y seguimos su camino hacia Alicante". Para entonces Julia tenía 20 meses.
Al llegar a Alicante a su padre ya no lo vieron y ellos no pudieron salir porque "los italianos habían cercado el puerto y a las mujeres las llevaron a distintos sitios. A mi madre y a mi a un cine". En este lugar permanecieron hasta tres días "sólo con unas sardinas diarias para los adultos y, creo que con buena voluntad, un poco de leche que estaba sin hervir, por lo que causó la muerte de los bebés más pequeños".
Julia y su madre fueron llevadas de regreso a Valencia, donde las encarcelaron en La Pechina. "Allí cada mujer tenía ladrillo y medio para dormir, porque de día estaban en el patio", señaló. La progenitora consiguió que la pequeña niña viajara a Madrid con una tía, pero sólo unos meses después ésta murió y Julia se quedó en la calle junto a tres primos de 8, 10 y 13 años. "Tuvimos que rebuscar entre la basura", señaló. Otra vez en dirección a Valencia....
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