ÁNGELES VÁZQUEZ - MADRID - 11/06/2009
El Tribunal Supremo no ha dejado que pase de simbólica la iniciativa de los colectivos de la Memoria Histórica para apoyar al juez Baltasar Garzón en la querella presentada por el autodenominado sindicato de funcionarios Manos Limpias.
Ya ha comenzado a dictar providencias en las que, con un mero párrafo, despacha el más de un centenar de autoinculpaciones recibidas desde el pasado día 3 en el delito de prevaricación que se imputa al magistrado de la Audiencia Nacional.
La providencia rechaza "las peticiones autoinculpatorias", en calidad de inductores o cooperadores necesarios de la prevaricación esgrimida en la querella, porque "no se sustentan en relación material o sustantiva alguna" de las personas que las formulan con las decisiones adoptadas por Garzón en la instrucción de la primera causa penal abierta por los crímenes del franquismo.
Varios colectivos de víctimas de la dictadura y familiares de desaparecidos en dicho periodo alegaban haber contribuido a que Garzón se declarara competente para investigar lo sucedido, al haber formulado las denuncias que dieron origen al sumario o haber precisado el lugar donde se encuentran fosas de desaparecidos de la Guerra Civil y el franquismo.
Al autoinculparse, las asociaciones de la Memoria Histórica solicitaban personarse en el procedimiento abierto en el Tribunal Supremo contra Garzón para poder recusar a los magistrados que componen la Sala de lo Penal que admitió a trámite la querella de Manos Limpias, con el ponente de la resolución, Adolfo Prego, a la cabeza.
El Supremo entiende que los colectivos "carecen de legitimación" para personarse en el procedimiento y les dice que deben "abstenerse de perturbar la jurisdicción del Tribunal Supremo con peticiones infundadas y manifiesto abuso del derecho". Fuentes jurídicas criticaron esta forma de expresarse del Alto Tribunal, en la creencia de que ha olvidado que se trataba de víctimas.
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