La biznietísima y el Pazo de Meirás

GERARDO RIVAS
12/08/2008
Han transcurrido más de treinta y dos años desde la muerte de Francisco Franco. En este tiempo se han sucedido hasta tres generaciones de descendientes y todos ellos han conocido con pelos y señales los desmanes del dictador. Hoy es de actualidad, porque ha sido traído a la memoria con ocasión de un evento protagonizado por una biznieta, la forma en que, en su día, fue robada al pueblo gallego, mediante un impuesto confiscatorio, la que fuera su residencia de verano. el Pazo de Meirás.
En todo este tiempo no ha habido ni un sólo miembro de la familia que haya renegado, no ya de la persona de su ascendiente, que podría ser hasta cierto punto entendible, sino de la figura histórica del tirano y, aún menos, que haya renunciado al patrimonio heredado de él a pesar de conocer las circunstancias irregulares de su procedencia. Sería de justicia que en lugar de figurar en las portadas de las revistas del corazón o en apariciones estelares en las televisiones, incluidas las públicas, estas personas fueran declaradas “non gratas” por todos los ayuntamientos del país. Su comportamiento indigno y la benignidad con la que juzgan al dictador no les hace acreedores de la indiferencia de los españoles. Antes al contrario, su actitud chulescamente provocativa les convierte en cómplices del déspota y merecedores del rechazo explícito de aquellos españoles que fueron víctimas de un régimen que durante decenas de años cercenó sus ansias de libertad, de justicia y de dignidad personal. Francisco Franco murió en la cama, fue enterrado en un mausoleo construido con el sudor y la sangre de los vencidos por su particular insurrección y su patrimonio pasó a sus descendientes como parte del precio que se hubo de pagar por la transición política a la democracia. ¿Hasta cuándo, además, han de permitir los españoles damnificados que sus herederos disfruten del botín de guerra por el simple hecho de que éste fuera escriturado y legitimado por los propios notarios del dictador? Y, por último, ¿Por qué se permite a la biznietísima desafiar a la sociedad española celebrando su boda en un palacete confiscado a punta de recaudación obligatoria a un pueblo mientras los jueces de este país investigan presuntas irregularidades de dictadores latinoamericanos o asiáticos? ¿No ven dentro de su jurisdicción lo que sí pretenden analizar fuera? País de quijotes, más que de sanchos. ¡Qué bien te conocía don Miguel!
Gerardo Rivas Rico es licenciado en Ciencias Económicas y funcionario -->
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