NATALIA JUNQUERA - Madrid - 23/09/2008
Parecía un turista, un curioso. Pero Toru Arakawa, el japonés de 70 años que observaba ayer frente a la Audiencia Nacional el trajín de familiares con cajas, maletines y bolsas repletas de documentación sobre las víctimas de la Guerra Civil y la posguerra, ha ayudado a recuperar algunos de los cuerpos de los represaliados. Sus últimos veranos los ha dedicado a desenterrar una historia con la que nada tiene que ver. Y ayer esperaba frente a la puerta de la Audiencia porque por nada del mundo se habría perdido el gran momento de los hijos y nietos de la barbarie: la entrega de los nombres de 143.353 víctimas, el trabajo de 20 años. Arakawa aterrizó en Madrid el pasado día 16 para compartir con ellos ese instante.
Era un día grande para las asociaciones de la memoria histórica. Muchos de sus miembros ni soñaban con algo así. Antonio Ontañón jamás pensó que un día entraría en la Audiencia Nacional para aportar datos de su investigación. "¡Tenía mi libro sobre la mesa! ¡Garzón está leyendo mi libro [Rescatados del olvido]!", exclamaba, orgulloso, tras entregarle el listado con los 2.535 desaparecidos de Cantabria. Tampoco Cecilio Gordillo pensó, cuando se embarcó en el proyecto Todos los Nombres, de Andalucía" para hacer una lista porque no la hacía nadie", que ésta acabaría en manos de un juez....
http://www.elpais.com/articulo/espana/familias/desaparecidos/guerra/piden/disculpa/Estado/elpepuesp/20080923elpepinac_11/Tes
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