15 de enero de 2014

Estimada Mª José ... recuerda que aunque a veces hay malas experiencias, nunca debes retroceder ni rendirte, quien persevera alcanza.
Joan Busquets i Verges. Exmaqui libertario del Berguedá 28/12/2013
"Muero contento, porque equivocado o no, muero por una idea" Manuel Barreiro dos días antes de ser fusilado 12/3/1939


lunes, 15 de diciembre de 2008

Clase de Historia a pie de fosa

VÍCTIMAS DEL FRANQUISMO

Clase de Historia a pie de fosa

·En el antiguo cementerio de San Rafael está la fosa más grande de España

·Desde octubre de 2006, han levantado más de 2.400 cuerpos

·"Los testimonios orales hablan de que les tiraban sin más", dice un arqueólogo

·"Esto no es lo que está en lo libros", decían unos chavales que visitaron las fosas

(Vídeo: Giulio M. Piantadosi) En este enlace, además del comentario se puede abrir el vídeo sobre la recuperación de los asesinados en esa fosa común de Málaga, de la que ya se han extraido 2400 cuerpos.

Lunes 15/12/2008 AMAYA GARCÍA. MÁLAGA.- Maniatados con alambres, tirados como animales, con el terror aún reflejado en los rostros. En la memoria, más de 70 años de sufrimiento, con la cal viva como prueba de lo que debió ser el horror. A la vista, unos 120 cuerpos. "Ésta es la fosa del patio civil. Éste es el tercer nivel y puede haber hasta siete", explica Andrés Fernández, arqueólogo que trabaja en las exhumaciones del antiguo cementerio de San Rafael, en Málaga.

No hay palabras para describir la estampa. Unos cuerpos encima de otros. Sin orden ni concierto. De la tapia al olvido. Un botón, una suela de zapato o una hebilla son los únicos detalles de lo que alguna vez representó una vida. "Los testimonios orales hablan de que les tiraban sin más. Cuando encontramos cierto orden es simplemente porque así aprovechaban más el espacio", cuenta Andrés.

Es la novena fosa en la que trabaja en San Rafael y estar cara a cara con la historia no siempre es fácil. "Detrás de cada cuerpo sabes que hay una familia". A pie de obra están siete técnicos desde el 16 de octubre de 2006 que empezaron las excavaciones. "Aquí tenemos contabilizados 4.371 fusilados, con nombres y apellidos. Y se sigue buscando información". Es la fosa más grande de España. Hasta la fecha han levantado más de 2.400 cuerpos.

"Lo primero que se hace es analizar los rasgos", cuenta Andrés, mientras a su espalda tres personas limpian con brochas algunos restos bajo la lona. "Vemos si es hombre o mujer. Con los datos que recabamos, las observaciones y los objetos encontrados rellenamos una ficha". Tras esto se procede a levantar los cuerpos y se depositan cada uno en una caja. "Se sigue una metodología arqueológica".

"Mira, esta persona tiene una bala en la rótula", señala Andrés. "Gran parte de la munición era italiana, lo que confirma el papel de este país en la toma de Málaga". Las tropas franquistas entraron en la ciudad andaluza el 8 de febrero de 1937.

Sólo queremos una sepultura digna

El cielo está encapotado y el barro tras las lluvias de los últimos días se va secando poco a poco. De la puerta del cementerio a la fosa del patio civil, "de diez metros de largo por tres de ancho", se suceden los agujeros con enormes montones de tierra al lado. José Dorado, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Málaga, se conoce el lugar como la palma de su mano. "Estas personas murieron por defender una libertad y una democracia. Sólo queremos darles una sepultura digna".

Y eso que las identificaciones se presentan "muy complicadas", señala Andrés. El mal estado de los cuerpos, el hecho de que no todos los asesinados tengan familia directa, los estragos de la cal... "El ADN es una opción, pero hay que ser realista". Pese a todo, las familias reclaman al Gobierno que agilice el decreto que deberá regular la identificación de los cadáveres.

Aún recuerda Pepe la última visita de unos chavales de 17 ó 18 años de un instituto de Alhaurín de la Torre. "Esto no es lo que está en lo libros", decían. "No es lo mismo que te cuente esto un profesor a verlo con tus propios ojos". Y aquí las puertas están abiertas para todo el que quiera venir.

Al padre de José, 74 años, le fusilaron el 17 de marzo de 1937. Y por él empezó su batalla. Un día de difuntos, hace unos años, vino a poner flores a su madre y a su suegra. "Luego me acerqué a la zona donde sabía que estaba mi padre". Sin embargo, se encontró la puerta del cementerio cerrada.

Allí le informaron de que los restos de las personas enterradas en nichos y tumbas en San Rafael se los habían llevado a otro cementerio. "Y los fusilados de las fosas, ¿qué pasa con ellos?", constestó Pepe. Aquí comenzó su lucha. Hoy compartida con las 500 personas que forman el colectivo.

Reunión de familiares

Acudió al Ayuntamiento, habló con todos los grupos políticos, llamó a asociaciones de otras partes de España, dejó su teléfono en el cementerio para contactar con más familias que estuvieran en su situación... "Hasta di una rueda de prensa". En 2003, todos estos esfuerzos dieron como resultado la asociación que hoy preside. "Nos reuníamos el primer jueves de cada mes".

Desde entonces la cuestión ha avanzado mucho. Ya han firmado dos convenios -el tercero se cierra en unos días-, en los que el Ayuntamiento de Málaga, gobernado por el Partido Popular, la Junta de Andalucía (PSOE) y el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero han apoyado la causa. "Cada uno da 80.000 euros, menos el Gobierno que, en el último convenio, aportó 100.000". Tienen claro que la ayuda es bienvenida tenga el color que tenga. "Hay que lograr que se anulen los juicios del franquismo", afirma José, cuestión que se quedó fuera de la Ley de Memoria histórica.

Detrás de todo este capítulo de la historia, hay horas y horas de investigación en archivos y cárceles. A Francisco Espinosa, hijo de represaliado, se le debe buena parte de esa labor. "Ahora estamos indagando sobre las cajas que salieron de aquí para llenar los nichos del Valle de los Caídos en Madrid". Saben que el 5 de marzo de 1959 se llevaron 34.

A unos metros de las casetas donde reposan miles de cuerpos, Rafa, voluntario de 52 años, sigue desenterrando la historia. "Aquí tiene que venir todo el mundo". Confiesa que durante años ha sido "un desconocedor" de lo que fueron aquellos años de represión. Ha llevado a sus hijos a la fosa. "Es positivo que la gente conozca la verdadera Historia".

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