La izquierda latinoamericana actualmente se mantiene en una disputa constante de la hegemonía
"Las realidades más avanzadas que hoy tenemos en el continente son las constituciones de Venezuela, Bolivia y Ecuador", afirmó hoy el intelectual brasileño Emir Sader, que participó con la conferencia Movimientos y Gobiernos en el nuevo ciclo político en América Latina en la tercera jornada del Encuentro Iberoamericano de Derechos Humanos y Ciudadanía Memorias en Transición, que se celebra en el Círculo de Bellas Artes de Madrid hasta este jueves.
Actualmente, "América Latina es la única región del mundo que tiene proyectos antineoliberales", indicó el profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, de forma que lo que distingue a la mayoría de los gobiernos que rigen en la región es su énfasis en la prioridad que dan a las políticas sociales y a los procesos de integración regional.
El secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) destacó como innovaciones democráticas de países como Ecuador, Venezuela y Bolivia las campañas de eliminación del analfabetismo, las campañas sanitarias generalizadas como la operación Milagro -que ha devuelto la vista a dos millones de latinoamericanos- y la formación de las primeras generaciones de médicos pobres en Cuba, entre otras actuaciones de carácter social. Son medidas que no se deben minimizar, aseguró, porque no se están poniendo en práctica en ningún otro lugar del mundo y porque se dan coincidiendo con la crisis económica y financiera.
Para Sader, estas políticas sociales son democratizadoras, porque "democratizar es desmercantilizar, sacar algo de la esfera del mercado y trasladarlo a la esfera del derecho". "La esfera nuestra", dijo refiriéndose a la de las propuestas progresistas latinoamericanas, "no es estatal, es la esfera pública. El Estado está en medio de la disputa hegemónica entre los dos ámbitos". Por ello, los procesos de Bolivia, Venezuela y Ecuador se han lanzado a la refundación del Estado.
Mientras tanto, la derecha perdió, "no tiene discurso propio", sus partidos no tienen capacidad para hacer propuestas que arraiguen en la población, pero la derecha conserva "poder económico y mediático". En este terreno, el reto para la izquierda es "desvelar el carácter antidemocrático de la propiedad privada".
La izquierda latinoamericana está inserta en una estrategia de poder global, que transita por la vía democrática, una vez que la vía armada se agotó por la correlación de fuerzas militares. Igualmente, la izquierda ha superado el protagonismo fundamental de los movimientos sociales propio de los años 90 y "se pasa a la disputa de la hegemonía" en el terreno de la política: "es significativo que, en Bolivia, los indígenas optaron por construir el MAS" para acceder al poder y no se quedaron en el ámbito de la autonomía de los movimientos sociales.
En el continente, "las líneas divisorias no se dan entre una buena y una mala izquierda, sino, entre los que firman el Tratado de Libre Comercio (TLC) y los que apuestan por una integración que les abre a relaciones con otros países ajenos a la región -como China-, permite el incremento del comercio interregional y aumenta considerablemente el mercado interno de consumo popular".
Saludos,
Prensa Contamíname
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