NATALIA JUNQUERA - Madrid - 18/10/2009
Mañana se cumplirán 65 años de una misión tan descabellada que ha pasado casi desapercibida. Recibió el ambicioso nombre de Operación Reconquista de España, reunió a cerca de 4.000 hombres muy motivados y mal preparados y consistió en el intento de invasión del país desde Francia para derrocar a Franco y devolverle el Gobierno a Juan Negrín. Fue un desastre. Murieron más de 50 maquis y al menos 30 miembros de las fuerzas franquistas. Y nunca más volvería a intentarse. Santiago Carrillo cuenta en sus memorias que él mismo dio la orden de asumir el fracaso y retirarse.
El grueso de los guerrilleros lo componían militantes del Partido Comunista que habían luchado en la Guerra Civil y que, tras huir a Francia, se habían unido a la lucha contra los nazis. "El PC esperaba que los aliados de la Segunda Guerra Mundial les ayudaran a derribar a Franco, pero no fue así", cuenta el ex militar e historiador Fernando Martín Baños, autor de una tesis sobre la operación (Hasta su total aniquilación. Editorial Almena). "Esperaban que se les uniera la población y se sublevase contra Franco", añade el historiador Julián Casanova, "pero habían pasado cinco años de terror y muy poca gente estaba dispuesta a hacer heroicidades".
La operación duró una semana. "Ha estado tanto tiempo silenciada porque ni a Franco le interesó que se supiera ni al PC asumir un fracaso tan grande", explica Martín Baños.
Entre aquellos 4.000 hombres que venían de perder la Guerra Civil había también despistados. Es el caso de César Rodríguez y Joaquín Suárez León, dos jóvenes que no llegaban a los 20 años y que acabaron en 1944 disparando una ametralladora en un pueblecito de Lleida después de haber escapado de la fábrica alemana de armamento nazi a la que habían ido a trabajar para enviar dinero a casa.
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