SARA GONZÁLEZ BARCELONA 15 oct. 2009
Han tenido que pasar más de tres décadas desde el fin del franquismo para que sus represaliados, aquellos que lucharon por la democracia, tengan, por fin, su primer homenaje oficial. Hasta ahora solo las entidades que las propias víctimas han formado han organizado actos en su memoria, pero ayer por la noche fue la Generalitat de Catalunya la que dio el paso que ninguna otra Administración española ha dado hasta ahora. El Govern celebró en el Palau Sant Jordi un concierto de reconocimiento a todos aquellos que sufrieron en sus propias carnes el exilio, la dureza de los campos de concentración o la encarcelación por su tendencia política.
Han tenido que pasar más de tres décadas desde el fin del franquismo para que sus represaliados, aquellos que lucharon por la democracia, tengan, por fin, su primer homenaje oficial. Hasta ahora solo las entidades que las propias víctimas han formado han organizado actos en su memoria, pero ayer por la noche fue la Generalitat de Catalunya la que dio el paso que ninguna otra Administración española ha dado hasta ahora. El Govern celebró en el Palau Sant Jordi un concierto de reconocimiento a todos aquellos que sufrieron en sus propias carnes el exilio, la dureza de los campos de concentración o la encarcelación por su tendencia política.
Poètiques de resistència, somnis de llibertat. Bajo este entrañable título, el Memorial Democràtic, el ente público que vela para que las consecuencias del franquismo no caigan en el olvido, preparó para la ocasión un repertorio de poesías y canciones emblemáticas que se convirtieron en la banda sonora de la lucha antifranquista. Unas 5.000 personas aproximadamente asistieron al concierto homenaje, entre ellas un grupo importante de represaliados que ocuparon las primeras filas del recinto y las compartieron con altos cargos de la Generalitat, con su presidente, José Montilla, y su vicepresidente, Josep Lluís Carod-Rovira, a la cabeza. Los espectadores, algunos de los cuales lucían banderas republicanas, interrumpieron el acto en varias ocasiones con gritos de «¡Viva la República!», a lo que otros respondieron alzando el puño.
Poesías de decepción y resignación, pero con espíritu reivindicativo, inauguraron el homenaje. Las palabras de ilustres figuras de la lírica, como Salvador Espriu, Joan Brossa y Manuel Vázquez Montalbán, fueron recitadas por los actores Mercè Sampietro, Juan Echanove y Julieta Serrano, entre otros. El cantautor Quico Pi de la Serra hizo cantar y aplaudir al público con sus combativas letras y Joan Manuel Serrat emocionó con Pare. Juntos interpretaron Lletania, canción obligada de los conciertos de Els Setze Jutges.
GUIÑO AL ORFEÓ / Los homenajeados pudieron rememorar la banda sonora de la lucha antifranquista con canciones como Què volen aquesta gent, de Maria del Mar Bonet; A galopar, de Paco Ibáñez; Com un arbre nu, de Lluís Llach, y Al vent, de Raimon. El encargado de interpretar las piezas fue el Orfeó Català, en un guiño del Govern a esta institución cuya imagen se encuentra en horas bajas desde que estalló el escándalo por la gestión de Fèlix Millet. Fue muy aplaudido. Con El Cant de la Senyera y Els Segadors se puso el colofón al concierto homenaje.
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