Franco fue tan generoso con las víctimas de su bando como cruel con las del contrario. Mientras concedía "medallas al sufrimiento por la patria" y pensiones vitalicias a unos, vaciaba por completo las casas de otros. Primero, de gente, llevándose a padres y maridos republicanos a cárceles o fosas comunes. Y después, de todo lo que les quedaba, arrebatando a los supervivientes su profesión y sus bienes. De hecho, lo uno hubiese sido imposible sin lo otro.
Franco empezó a conceder ayudas y pensiones a sus víctimas en 1936. ¿De dónde salía el dinero? En 1937, Franco estableció por ley el procedimiento para la incautación de "bienes pertenecientes a las entidades de carácter político", esto es, todos los partidos e instituciones democráticas. Después lo hizo familia a familia. "Se juzgó incluso a personas ya muertas para poder requisar sus bienes y pagar la factura de la guerra", asegura Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.
Todo eso está también en la investigación sobre el BOE: "Las comisiones depuradoras", las "incautaciones", las "requisitorias" convocando a cientos de personas ante el juzgado más cercano; las partidas para mantener los abarrotados "campos de concentración"... "Por eso le enviamos el informe a Garzón", afirma Carlos Agüero, coordinador de la investigación. "Era la prueba más contundente e inapelable de la feroz represión de Franco".
http://www.elpais.com/articulo/reportajes/Franco/invento/memoria/historica/elpepusocdmg/20090301elpdmgrep_4/Tes
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