La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) y la Asociación por la Memoria Histórica rinden homenaje a los casi doscientos profesionales enterrados en las fosas de San Rafael LUCAS MARTÍN. MÁLAGA , foto: Arciniega.
Purificación recuerda la última vez que vio a su padre y aún le tiemblan los ojos. Fue una mañana de 1937, en el cuartel de Segalerva. Había acudido para llevarle el almuerzo y se percató del nerviosismo de la tropa. Al salir se escondió detrás de una palmera y observó a dos hombres que se acercaban a él y se lo llevaban del brazo. Los siguió hasta la Plaza de San Francisco. Pocas horas después su madre recibió una carta de despedida. Lo fusilaron. Tenía 41 años. Su único crimen, mantenerse fiel a la República. Pidió morir con el uniforme de gala.....
(extracto de la noticia, completa en el enlace del final)
Carta de un condenado a muerte
"Apreciada esposa: Al darte el último adiós te aconsejo que te resistas de resignación y fortaleza a fin de que puedas acabar de criar a nuestros hijos, pues la fatalidad ha dispuesto que sea yo víctima de falsas y criminales acusaciones por personas sin conciencia, sin más objeto que saciar apetitos impropios de aquellos que se tengan por humanos y cristianos. Al dejar este mundo ingrato, falso y condenado, pesan sobre mi alma dos cosas diametralmente opuestas, que son la pena por dejaros incapaces de ganaros el sustento y la alegría de pensar y creer que esas acusaciones y sus derivados serán la llave que me abran de par en par las puertas del Reino de Dios que es el de la Ley. ¿A quién crees tú capaz de tales acusaciones? Te lo diré pero a condición de que guardes el secreto y no intentes sobre ellos la menor venganza..." (Extracto de la carta enviada por Félix García Borrego, guardia civil en Málaga, a su esposa el 19 de febrero de 1937).
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