A las 9 de la mañana de un día lluvioso, el 13 de octubre de 1909, cae en la fosa del Castillo de Montjuïc Francisco Ferrer i Guardia, ejecutado por un pelotón de fusilamiento que cumple la sentencia de muerte dictada por un consejo de guerra.
Días antes, Barcelona ardía en la revuelta revolucionaria de la ‘Semana Trágica’, provocada por los desastres militares en Marruecos. Los muertos> de esa guerra colonial eran sobre todo campesinos y obreros. Las clases superiores se libraban de la obligación de ir a la guerra mediante el pago de trescientos duros. Las asociaciones obreras llamaban a la deserción de los jóvenes obligados a partir.
Ferrer Guardia pagó con su vida intentar formar seres humanos racionales en una sociedad con prejuicios fundamentalistas. Autodidacta, hijo de una familia de campesinos acomodada, era el fundador de un movimiento pedagógico, ‘La Escuela Moderna’, influido por las teorías pedagógicas racionalistas, que defendía la enseñanza mixta y el desarrollo de la personalidad del niño, para hacer de él un adulto moderno, equilibrado, racionalista, sin prejuicios dogmáticos. Cree que hay que despertar la curiosidad natural del niño, y enseñarle el razonamiento y conocimientos científicos, sin castigos ni recompensas, fomentando la observación de la naturaleza y desarrollando la práctica de la higiene personal. Teorías pedagógicas que hoy ya están integradas en la enseñanza. Fueron creadas más de cincuenta ‘Escuelas Modernas’, sobretodo en Cataluña. Escuelas que hoy serían modélicas. Siguieron su estela las escuelas racionalistas, que se propagaron con la semilla anarquista a todos los rincones de la península.
La Iglesia, el Ejército y los estamentos reaccionarios de la sociedad española percibían el peligro de un movimiento pedagógico, basado en la razón, que pone en riesgo una concepción dogmática y fundamentalista basada en la fe y la autoridad.
Los disturbios revolucionarios de la ‘Semana Trágica’ dieron la oportunidad para que Ferrer i Guardia fuera juzgado por un tribunal más expeditivo: un Consejo de Guerra. El razonamiento para condenarlo era simplista: la ‘Escuela Moderna’ es un centro de propaganda ácrata que ataca las bases de todo autoritarismo, y genera la acción terrorista. Con esos argumentos Ferrer i Guardia es considerado cómplice del atentado perpetrado por Mateo Morral tres años antes y de los disturbios revolucionarios de la ‘Semana Trágica’ de Barcelona. Al grito de, ¡Viva la Escuela Moderna! Ferrer i Guardia cayó al foso de> sus verdugos…
CNT-AIT Málaga y Coordinadora Antifascista de Málaga (CAM)
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