15 de enero de 2014

Estimada Mª José ... recuerda que aunque a veces hay malas experiencias, nunca debes retroceder ni rendirte, quien persevera alcanza.
Joan Busquets i Verges. Exmaqui libertario del Berguedá 28/12/2013
"Muero contento, porque equivocado o no, muero por una idea" Manuel Barreiro dos días antes de ser fusilado 12/3/1939


lunes, 20 de julio de 2009

EL PERIÓDICO ya ha recibido más de 200 fotos inéditas de la guerra civil enviadas por lectores

EVA MELÚS BARCELONA 20/7/2009
La idea era utópica y tenía algo de quimera. Al comenzar julio, el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) y EL PERIÓDICO se plantearon una inicativa para sacar a la luz aquellas fotografías realizadas durante la guerra civil que hasta el momento no habían salido de los círculos más íntimos de cada casa. Era una incógnita si existían muchas, porque la fotografía era todavía un lujo en 1936. También, si habría muchas personas dispuestas a hacer el esfuerzo de pasarlas a formato digital para rendir homenaje a sus familiares y amigos. La mayoría de los propietarios, se pensó, serán personas mayores con miedo a la informática. Después de tres semanas, en las galerías de la web Hagamos memoria (www.elperiodico.com/memoria) cuelgan ya unas 200 fotografías y, dato esperanzador, el boca-oreja está funcionando y el ritmo de recepción ha ido creciendo. Una selección se expondrá con un trabajado montaje en el MNAC entre el 22 y el 27 de septiembre.


Cada una de estas fotografías es como el final de un hilo. Es un trozo de historia personal, pero también colectiva. Juan Antonio Molina, un septuagenario residente en Vic, ha guardado siempre una foto suya con su padre, en medio de un prado. Él tenía poco más de un año y su padre iba vestido de militar. Un día de otoño, cuando todavía hacía calor, su madre y él dejaron Barcelona y se fueron a visitar al padre al frente de Aragón. El soldado forzoso se alejó todo lo que pudo de las trincheras para convertirse por un rato en un padre que jugaba con su hijo en paz. De aquel momento, queda el recuerdo y otra foto más del niño, jugando en el campo.


El padre de Montse Seglar, voluntario de la Cruz Roja en la guerra, le cambió a un soldado nacional un montón de cartones de tabaco por una foto área de Barcelona a punto de ser bombardeada, con los obuses en primer plano. Probablemente la hizo uno de los aviones alemanes con sede en Mallorca que aterrorizaban a la capital catalana. A partir de entonces dejó de ser extraño, pero Barcelona inauguró la historia de los bombardeos sobre civiles.


En la galería de Hagamos memoria se pone nombre a fotos de niños jugando a la guerra, que guardan un obús no explotado como un tesoro, se repasa la moda militar, con mujeres caladas coquetamente con sombreros de miliciana, se recuerda a los abuelos que tiempo atrás hundían barcos desde un submarino. Son cientos de historias detrás de cientos de foto, de las que hasta ahora solo se hablaba en casa. Es evidente que algunos recuerdos se extinguen antes que las fotografías. A lo largo de estas semanas han llegado también imágenes encontradas en algún álbum familiar con personas vestidas de uniforme que nadie en casa sabe identificar. Seguro que es alguien que un día tuvo que ver con ellos y que sufrió la guerra. Hagamos Memória

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