María Tomás, Valencia / Levante Mirando la portada del libro de José Luis Pitarch con la foto del dictador Francisco Franco de cuerpo presente uno podría pensar que se trata de un libro sobre el pasado. Sin embargo, como dijo en el Club Diario Levante el Premio Nobel Alternativo y doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de la Sorbona, Joan Garcés, el libro “Memoria irredenta del franquismo. La reconciliación del embudo” (Ediciones Flor del Viento) reflexiona sobre el pasado, habla del «anómalo» presente y plantea un problema de futuro resumible en la necesaria democratización de las fuerzas armadas; en la que podría calificarse sanitaria reconciliación sin olvido: es decir, la rehabilitación de guerrilleros y militares democráticos, vivos y/o ajusticiados, que resistieron y no se inclinaron ante el fascismo europeo, aunque perdieran la batalla en este país, así como en el reconocimiento de los responsables y las víctimas de la guerra y la represión. La tesis de Pitarch es que la Transición «sobre pólvora, paredón e incienso», que más bien llamó Transacción, «no acabará mientras siga apadrinada por la impunidad respecto a los crímenes contra la humanidad cometidos a partir del 17 de julio del 36». «Impunidad que perdura hoy», decía Garcés depositando su confianza en la generación de los nietos de aquellos represaliados que, ahora, tras el terror de los que vivieron guerra y posguerra y el silencio de los que heredaron esta democracia otorgada, están llegando a los tribunales para que se apliquen leyes vigentes que tienen su raíz en la victoria de la coalición antifascista del 45. Según el jurista, «todos los crímenes cometidos aquí desde el 36 son susceptibles de ser juzgados por tribunales españoles. Otra cosa es que haya magistrados y fiscales dispuestos a aplicar la ley», aseveró quien, además de haber sido asesor político personal de Allende, actúa como abogado de la acusación representando a la nieta de Juan Negrín, el último jefe de gobierno de la Segunda República.
Testimonio y resistencia Es por eso que el trabajo de Pitarch fue calificado como un libro de testimonio pero, sobre todo, “de resistencia todavía hoy, aunque parezca mentira y sea una vergüenza», decía él. Entre otras cosas, porque España es la «excepción europea» en este tema. «Tenemos gobernantes, jueces y fiscales incumpliendo sus obligaciones jurídicas derivadas de tratados internacionales firmados por España», afirmaba Pitarch. «Ni siquiera ha habido un juicio moral, político o doctrinal», añadía Garcés. En opinión del editor, Ramón Serrano, «Pitarch reflexiona sobre el perdón y el olvido, pero también acusa y señala los errores de la transición, a las personas que los cometieron y a quienes se mantienen bajo pieles de cordero, lobos del franquismo y del golpismo», explicaba puntualizando el título de la Colección en la que se enmarca la obra: “Con Franco vivíamos peor”. Pitarch fue calificado por Garcés como «una persona que busca el por qué de las cosas y que tiene como referente valores de democracia, tolerancia, libertad, repulsa del crimen y exigencia de que los delitos sean juzgados». El autor, además de ser profesor de Derecho Constitucional y candidato al Senado por EUPV en 2000 y 2008, es comandante en la reserva y miembro de la Unión Militar Democrática (UMD)....
http://larepublica.es/firmas/blogs/index.php/pitarch/2009/04/09/todos-los-crimenes-contra-la-humanidad-d
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