15 de enero de 2014

Estimada Mª José ... recuerda que aunque a veces hay malas experiencias, nunca debes retroceder ni rendirte, quien persevera alcanza.
Joan Busquets i Verges. Exmaqui libertario del Berguedá 28/12/2013
"Muero contento, porque equivocado o no, muero por una idea" Manuel Barreiro dos días antes de ser fusilado 12/3/1939


martes, 7 de abril de 2009

Crónica acto Montauban




Montauban : Recordando a Azaña

04.04.09. Pues bien: una veintena de orgullosos peones se concentra a eso de las cuatro de la mañana. Entre bostezos y saludos se va formando el grupo heterogéneo de hombres y mujeres que nos dirigiremos al acto de homenaje a Manuel Azaña que, convocado por el MER (Memoire Espagne Republicaine) de Capdeville y secundado por más de una decena de organizaciones (amicales de antiguos guerrilleros, meres diversos, descendientes de exiliados ...) tanto españolas como francesas, va a celebrarse en la localidad que fue último refugio del presidente de la república española.

Grupo heterogéneos en edades (de 30 y pocos a más de 90), en profesiones, en militancias anteriores y actuales, en situaciones personales ... Grupo en el que destaca el muy apreciado por todos Mariano (a) El Maquis nonagenario auténtico icono en Huesca de vitalidad, compromiso y sensibilidad social, y cuya imagen es buscada repetidamente por medios de comunicación social en todos los actos a los que acude.

Nos esperan algo más de seis horas de viaje , un par de paradas para recoger a otros viajeros, intentos fallidos de sestear un rato y, por fín, el parking de la plaza “Eurythmie” en Montauban, lugar elegido para la concentración de asistentes. Intercambio de tarjetas, abrazos, merchadising tricolor, reencuentros, despliegue de banderas y, entre todo ese fluír de personas, un José González, hijo de refugiado, presidente de MER 82, vice presidente del Consejo General de Tarn-et-Garonne y coorganizador del evento que recibe y acoge a unos y otros. Y también entre los aquí reunidos José María Becana, senador por Huesca, que ha sido invitado institucionalmente por los organizadores.

Francis Romero, de MHRE 89, responde a mis preguntas informándome que tanto él como sus compañeros, descendientes de exiliados, conforman una organización que, desde las cercanías de París, se han desplazado a este encuentro.Junto a ellos un anciano llegado de Cataluña defiende con vehemencia la solidaridad obrera y ataca el capitalismo con una agresividad verbal tal que atrae las cámaras que por aquí se disparan en pacífica escaramuza. Una mujer, consciente de su papel de abanderada, se tienta la ropa con las manos enguantadas de blanco y limpia, casi obsesivamente, una fila de botones ya brillantes. Ya han llegado "los catalanes"; ya puede comenzar la marcha.

El coche de megafonía precede la marcha, difundiendo un heterogéneo repertorio musical; de Lluis Llach a Antonio Molina, pasando por himnos de la época. Le siguen las dos abanderadas oficiales, serias, marciales ... , con una solemnidad muy paramilitar, muy del gusto francés, solemnidad un tanto extraña a los usos españoles. Y tras ellas, más de 500 personas según informará el diario La Depeche el día 5 de Abril (quien esto escribe preguntó en el Hotel Accord el número de reservas para comer y se me contestó que superaban ampliamente los cuatro centenares). Y banderas, decenas de banderas; tricolores, aragonesas, catalanas y hasta una de Méjico en recuerdo a la protección que dicha embajada prestó a Azaña.

El cortejo se dirige directamente a la Plaza Manuel Azaña y Díaz, lugar que se queda pequeño. Allí tomará la palabra José González que arrancará aplausos de los congregados cuando, tras la protocolaria bienvenida, afirmará que "las ideas no se combaten matando hombres"A continuación Roland Garrigues, antiguo alcalde de la localidad, que evocó el bautismo de esta plaza hace quince años. También cosechará aplausos cuando mencione que "hoy es día del recogimiento pero también del entusiasmo a juzgar por número de jóvenes presentes."


En Montauban, me comentan, hay tres cementerios; uno, el estrictamente civil, otro el protestante y, finalmente, el católico. Hacia éste último nos dirigimos; unos mástiles con la bandera que no pudo cubrir su ataúd nos indican el lugar.Llegados al mismo, diferentes personalidades (en español, francés y catalán) glosarán la figura de Azaña; habrá quien, incluso, deberá interrumpir repetidas veces su discurso, ahogado por la emoción.


Jose Mª Becana, senador PSOE Huesca, elogiará la actitud valiente del exilio republicano que puso la semilla de la libertad, la regó incluso con su sangre y la hizo germinar hasta un punto tal que el status democrático de la Europa actual le debe mucho.Paco Ruiz, de Memoria Antifranquista del Bajo Llobregat, insistirá en la necesidad de preparar la tercera en aplaudida intervención.Miquel Caminal de Memorial Democrático de Cataluna exigirá la anulación de cualquier juicio o consejo de franquista y asegurará que, si Azaña viviera, sería defensor del estatuto de Cataluña.El acto en el cementerio finaliza con la inclinación de banderas y los acordes de La Marsellesa, El himno de Riego y Els Segadors, seguidos con respeto y emoción por la concurrencia.

En otras ocasiones, ésta sería la línea en la que finalizaría este artículo; sin comentar la comida de hermandad; sin mencionar el ambiente cordial, el tráfico de informaciones en octavillas, las futuras convocatorias; sin ensalzar el pastel-tarta republicano o la peculiaridad del muslo de pato acompañado de judías y salchicha...Pero en esta ocasión me veo obligado a referirme a esta comida puesto que en uno de sus tiempos muertos, interviene Jean- Michel Baylet , presidente del Consejo General de Tarn-et-Garonne, quien anuncia oficialmente que el próximo colegio de la localidad , cuya inauguración está prevista para el 2 de septiembre próximo, se llamará Colegio Manuel Azaña. Será la primera vez que un edificio público toma el nombre del presidente de la república española. Obvio decir la estruendosidad de los aplausos que desata tal declaración así como la profusión de vivas republicanos.El postre está servido. Un cansado, pero feliz y satisfecho, José González nos despide; me confía que posiblemente esta noche ¡por fín! podrá dormir. El viaje de vuelta es muy tranquilo. La mayoría de los viajeros dormita; alguno mira perezosamente la pantalla donde se proyecta un film histórico. Hay quien propone, con poco éxito, un guiñote entre el pasaje. Nadie juega al ajedrez, pero , ¿quien sabe?, quizás estamos un pequeño paso más cerca de asaltar la casilla de rey.

A pie de página:Manuel Azaña Díaz; Alcalá de Henares, Madrid, 1880 - Montauban, Francia, 1940.- Político español, presidente de la Segunda República. Procedente de una familia liberal, Azaña estudió Derecho en Zaragoza y Madrid. Entró por oposición en la función pública (1910) y completó su formación con una beca de la Junta para Ampliación de Estudios en París en 1911-12. Su actividad intelectual le llevó a la secretaría del Ateneo de Madrid, puesto que ocupó entre 1913 y 1920; su interés por los asuntos militares se inició al ser comisionado por el Ateneo para visitar los frentes de la Primera Guerra Mundial en Francia e Italia (1916).

En 1913 ingresó en el Partido Reformista de Melquiades Álvarez y participó con Ortega y Gasset en la fundación de la Liga de Educación Política; en 1918 fundó la Unión Democrática Española; fracasó en sucesivos intentos de ser elegido diputado en las Cortes de la Restauración (1918 y 1923). Se apartó temporalmente de la política para dedicarse al periodismo, primero como corresponsal en París (1919-20), luego al frente de La Pluma (1920-23) y finalmente como director de la revista España.

Bajo la dictadura de Primo de Rivera abandonó el Partido Reformista y se declaró partidario de la República, fundando Acción Republicana (1925); al mismo tiempo, crecía su prestigio intelectual, con la publicación de obras como El jardín de los frailes o Ensayos sobre Valera. En 1930 accedió a la presidencia del Ateneo y, ya como figura de alcance nacional, participó en el Pacto de San Sebastián para derrocar a la monarquía.

Al proclamarse la República española (14 de abril de 1931), Azaña se integró en el gobierno provisional como ministro de la Guerra. Participó activamente en las Cortes constituyentes. Y asumió la Presidencia del Consejo de Ministros cuando las discrepancias sobre las relaciones Iglesia-Estado llevaron a Alcalá Zamora a abandonar el gabinete.

Exiliado en Francia, falleció en Montauban, tras una larga enfermedad, el 3 de noviembre de 1940. Fue enterrado dos días después y, a pesar de sus deseos, la bandera tricolor republicana no cubrió su féretro, puesto que no fue autorizada, y hubo de ser sustituida por la bandera mejicana.

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