Repasar la hemeroteca es un ejercicio de Memoria Histórica muy recomendable. Sin ir más lejos, una noticia de hace sólo 29 años, del 8 de Abril de 1980, puede servirnos hoy para extraer alguna conclusión. Nos situamos en el Aberri Eguna de aquel año, en “El Pais” se publicaba una crónica bajo el siguiente titular: “La policía impidió la concentración de Herri Batasuna en Pamplona”. Así de buenas a primeras, parece que no han cambiado mucho las cosas, leamos: “La capital navarra conoció el pasado domingo el mayor despliegue policial de su historia, como consecuencia de la prohibición de los actos programados por HB en para celebrar el Aberri Eguna”. No resulta difícil imaginarse el panorama, la foto fija de las últimas décadas en la que no sorprende que “se produjeron enfrentamientos entre grupos de manifestantes y Policía, que finalizaron con un saldo de, al menos, 10 heridos y varios detenidos, 3 de los cuales ingresaron en prisión”. Nada nuevo bajo el sol, la noticia sería que una persona ha mordido a un perro. No sé si me estoy leyendo el periódico de ayer o el de mañana. Pero desde un punto de vista actual la noticia da un giro sorprendente al destacar que “el incidente de mayor trascendencia se produjo cuando 19 policías irrumpieron en el primer piso del edificio social del PNV llevándose detenidas a 8 personas. Con anterioridad la Policía Nacional había intentado por tres veces derribar la puerta de entrada del batzoki sin conseguirlo”.
Aquella jornada el PNV había anulado sus actos para protestar por la decisión del Gobierno Civil de suspender la manifestación de Herri Batasuna. Además, un nutrido grupo de dirigentes, militantes y simpatizantes del partido nacionalista se habían congregado en la iglesia de Jesús y María, de Iruña, para conmemorar el undécimo aniversario de la muerte de Jokin Artajo y Alberto Asurmendi, miembros de EGI-Batasuna fallecidos en 1969 cuando preparaban una acción armada contra la dictadura. “A la salida del funeral resultó alcanzado en el ojo izquierdo por una pelota de goma el presidente del Consejo Regional de Navarra del PNV”.
Las pelotas de goma, heridos, detenidos, prohibición de homenajes… me temo que casi todo encaja con situaciones más cercanas en el tiempo, también es evidente que algunas fichas han cambiado su posición en el tablero de juego pero por encima de aciertos y errores de unos y otros, la hemeroteca pone sobre la mesa una reflexión conjunta aplicable al presente. En 1980 se cumplían 11 años, ahora se cumplen 40 años de la trágica muerte de Jokin Artajo y Alberto Asurmendi, dos jóvenes abertzales que como muchos otros militantes comprometidos decidieron enfrentarse a la dictadura y lo dieron todo por la libertad. Desde Ahaztuak 1936-1977 teníamos previsto recordar la lucha de todos esos antifranquistas vascos y reivindicar su memoria democrática y antifascista, coincidiendo con el aniversario de su trágica muerte. La Delegación del Gobierno en Navarra deniega el permiso para realizar dicho acto y comunica la prohibición del mismo porque «la realización de la concentración-homenaje comunicada en honor a los referidos generaría un favorecimiento de su conducta, justificando por tanto públicamente las conductas delictivas de estos y motivando de victimismo hacia los terroristas. En definitiva, este hecho pudiera ser constitutivo de los delitos de `enaltecimiento' o `apología del terrorismo'».
Indignante, dónde y en un territorio como Nafarroa donde el genocidio franquista exterminó a más del 1% de la población, quien y una delegada del Gobierno central que se dice socialista y por lo tanto heredera de las siglas que defendían decenas de miles de asesinados por la represión golpista, nos comunican que la lucha antifranquista es “terrorismo”. Recuerdo que una vez mi abuela me dijo que ella era “socialista, pero no como los de ahora, si no que era socialista de verdad”, al principio pensaba que me lo decía por el papel de algunos en la denominada “transición”, por aceptar la monarquía, por abandonar el marxismo, por traicionar al estatuto vasco-navarro que defendieron, por los casos de corrupción, por el tema de los GAL… pero ahora lo he entendido mejor, no me lo decía por eso, se refería a algo mucho más grave. Estos socialistas de ahora “no son de verdad” porque la Verdad es el Juicio que no se puede negar racionalmente y que es aceptado de forma general por una colectividad.
La colectividad democrática que reivindicamos desde el movimiento por la recuperación de la Memoria Histórica de Euskal Herria sabe que homenajear a los luchadores antifranquistas no es un delito, el delito imperdonable sería olvidarnos de ellos. Algunos son reincidentes, que cada cual saque sus conclusiones sobre de dónde venimos, dónde estamos y a dónde queremos ir.
Lander García, miembro de Ahaztuak 1936-1977
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