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Muerto Franco el 20 de noviembre e 1975, la dictadura no murió con él. Con objeto de mantener y perpetuar en el tiempo el régimen implantado, el dictador y su séquito se habían preocupado de dejarlo todo “atado y bien atado” para cuando abandonara este mundo. En eses atado y bien atado no cabía ninguna posibilidad ni expectativa de apertura o de cambio, por el contrario, sí estaba contemplada la manera de actuar contra todo lo que representara una amenaza para su perpetuación.
Lo sucedido el 3 de marzo de 1976 se enmarca precisamente en el peligro que suponía para los herederos del régimen, permitir la prolongación de la movilización obrera iniciada en Gasteiz. No estaban dispuestos a tolerar el ejemplo a seguir que podía suponer en otros lugares la lucha de Gasteiz. Y actuaron al igual que lo hicieron en el 36, con las armas. Su tan estudiada y planificada estrategia para mantener los pilares del régimen implantado, no podía depender de unos cuantos obreros, que, plenos de dignidad y ansiosos de libertad, pretendían la ruptura con un terrible y aciago pasado, para crear y forjar un futuro nuevo y prometedor.
34 años después, los familiares de los trabajadores asesinados, y los afectados de aquella actuación criminal, reconocida por la propia policía como una “masacre”, seguimos reclamando Verdad, Justicia y Reparación, al tiempo que los responsables, tanto materiales, como inductores de los hechos continúan en la más completa impunidad. Unos sucesos que el Estado Español encubre y se niega a juzgar, bajo argumentos de la prescripción de los delitos por el tiempo transcurrido y a la aplicación de la ley de Amnistía del 77, aun a sabiendas que los delitos de Genocidio y los Crímenes de Lesa Humanidad, ni prescriben ni son amnistiables. En este sentido, son cada vez más numerosas las voces que catalogan las actuaciones asesinas del franquismo como Genocidio y Crímenes de Lesa Humanidad. Así lo entiende por ejemplo, Amnistía Internacional en su Informe del 18 de Julio de 2005 o el propio Consejo de Europa en su Declaración del mes de Marzo de 2006, además de numerosas personas representativas y muy cualificadas que trabajan en el ámbito de la justicia y en el tratamiento y la aplicación de los derechos humanos a los afectados por actos de represión. Ni que decir tiene, que nosotros, víctimas de una actuación terrorista impulsada desde un gobierno que 100 días antes presidía Franco, vamos a impulsar y promover las iniciativas que sean necesarias para poder plantear con garantías, acciones judiciales en demanda de justicia. Es necesario juzgar al franquismo, y en esa labor es fundamental que todas/os las/los represaliados/as y sus familiares nos comprometamos en la presentación a nivel individual o colectivo de las correspondientes demandas judiciales, para lo que, nuestra asociación, integrada en la coordinadora Lau Haizetara Gogoan, pone a disposición de los interesados/as, los canales necesarios para que dichas demandas puedan realizarse con coherencia y unas mínimas garantías jurídicas y procesales. Con ello, y con el respaldo y apoyo de una sociedad cansada de impunidad y en exigencia de justicia, lograremos sentar en el banquillo a un régimen genocida y criminal como fue el liderado por el militar golpista Franco, y en el que algunos de sus más fieles partidarios y adeptos, se mantienen, a día de hoy, ocupando puestos relevantes de poder e incluso, alguno de ellos presidiendo de forma honorífica, partidos políticos que se dicen democráticos.
A pesar de los diversos reveses recibidos por la justicia, nuestro esfuerzo va a centrarse en esa dirección y un primer paso por nuestra parte va a ser solicitar la revisión de la negativa a ser considerados como tales, por la ley de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo. Es incongruente y no alcanzamos a entender cómo, por un lado, se nos niega el amparo en esta ley argumentando que la actuación el 3 de marzo de 1976 de la Policía Armada no fue una actuación terrorista, muy al contrario, se trató de una actuación para recuperar el orden perdido tras una insurrección obrera, y por otro, nos admiten en la ley conocida como de Memoria, por tratarse de unos hechos en los que los trabajadores asesinados lo fueron en la lucha por las libertades y la democracia. Ante esta manifiesta y clara contradicción, y más allá del trato desigual y discriminatorio que supone ser contemplados en una u otra ley, el Gobierno Español tendrá que pronunciarse y dar una explicación coherente, ó, llegado el caso, serán los Tribunales de Justicia o el propio Comité de Derechos Humanos de la ONU con sede en Ginebra, en el que tenemos planteada una demanda pendiente de resolución, los que dictaminen.
Es evidente y así queda de manifiesto, la nula voluntad de las autoridades políticas del Estado Español de esclarecer y de enjuiciar flagrantes vulneraciones de derechos humanos como la matanza de Gasteiz. Por el contrario, tratan de ocultar, de silenciar y de dejar en el olvido, sin mostrar un sentido y verdadero reconocimiento, a los afectados y afectadas por aquellos hechos. Son incapaces de pedir perdón y asumir la responsabilidad, que como gobierno les corresponde, por la acción terrorista llevada a cabo contra el Pueblo Trabajador el 3 de marzo de 1976 en Gasteiz, amparando con su postura a los responsables de la misma.
Contra el olvido y la impunidad, “Memoria y Justicia”. Esa es nuestra labor y ahí estamos, compartiendo espacio y esfuerzos con otros colectivos memorialistas de Euskal Herria. Es esencial e imprescindible transmitir la historia en base a relatos veraces y ajustados a la realidad y corresponde a la comunidad educativa, a través de unidades didácticas debidamente consensuadas y elaboradas, la responsabilidad de dar a conocer en las aulas una historia que algunos quieren negarnos. Es inadmisible que sigan imperando versiones mentirosas y tergiversadas, que como en el caso del 3 de marzo, tratan de justificar una actuación desde cualquier punto de vista injustificable. Si queremos construir y forjar un futuro sólido, deberá sustentarse en un conocimiento exacto del pasado, por eso, a las nuevas generaciones les debemos una historia sin vacíos ni agujeros negros, con objetividad y total transparencia y veracidad.
Andoni Txasko Díaz
Asociación 3 de Marzo - Martxoak 3 Elkartea
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