'España no ha asumido por completo su violento pasado'16/2/2010
El caso contra Baltasar Garzón
(Traducción automática)
Famoso juez de España ha chocado con sus propios compatriotas a través de una investigación sobre las víctimas de la Guerra Civil española. El caso podría terminar con su carrera.
España- Famoso magistrado, Baltasar Garzón, ha hecho muchos enemigos con los años. Ha acusado a Osama bin Laden. Ha ido después contra terroristas españoles, los separatistas vascos y miembros de mafias de la droga. En este lado del Atlántico, Garzón es mejor conocido como el juez que empujó las fronteras del derecho internacional, tratando de extraditar al ex dictador chileno Augusto Pinochet en Londres y el lanzamiento de una investigación sobre la presunta tortura de los detenidos en la prisión de EE.UU. en Guantánamo.
Después de todo eso, es irónico que la mayor amenaza para el derecho de Garzón ahora no viene de un hombre golpeado, si no de su propio poder judicial, que alega que el juez se extralimitó en su causa tratando de sondear las atrocidades de la guerra civil española que estaban cubiertas por una amnistía del país, que el Parlamento aprobó en 1977. Muchos de los adversarios de Garzón a la derecha y la izquierda se han unido en apoyo de la causa contra él. Es posible que Garzón sea suspendido de sus funciones en los próximos días. Si es declarado culpable, su carrera como juez habría terminado.
Decenas de miles de españoles murieron o desaparecieron en la guerra civil, que dio paso a la dictadura del general Francisco Franco en 1939. Cuando Franco murió en 1975, la amnistía fue ampliamente vista como esencial para una transición a la democracia. Pero muchas de las víctimas nunca han sido tenidas en cuenta, y el país no ha llegado plenamente a los términos con su pasado violento. Garzón abrió el caso en nombre de los familiares que trataron de exhumar e identificar a los muertos. Después de que los grupos de derecha presentaran una denuncia, un juez de instrucción llegó a la conclusión de que Garzón "conscientemente decidió ignorar" la voluntad del Parlamento en investigar el caso, y ahora un tribunal de cinco jueces deben decidir si llevarlo a juicio si hay pruebas de intención criminal. Garzón niega haber cometido delito, las desapariciones, dice, son crímenes contra la humanidad y, por tanto, no puede ser cubierto por una amnistía.
Admiramos a Garzón por una vida persiguiendo a los delincuentes sin tener en cuenta la ideología o tendencia política, a menudo con gran riesgo personal. Reconocemos también su ego descomunal y el apetito por la atención que irritó a sus colegas y los políticos. Aunque no estamos en condiciones de juzgar la acción legal en su contra, nos preocupa la politización del sistema jurídico español con este caso de división, y la premura con que se están desarrollando los acontecimientos: La comisión permanente está considerando la suspensión de Garzon aún antes de que los jueces decidan si hay que permitir sea archivada.
Esperamos sinceramente que los tribunales españoles dejen de lado las animosidades personales y venganzas políticas, y que los enemigos de Garzón no van a usar este caso para derribar a un juez que les desagrada. Le quieras o le odies, se merece un juicio justo. Y una España democrática merece un sistema judicial íntegro.
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