Manos Limpias y franquismo, por José Antonio Pallín, magistrado

JOSÉ ANTONIO Martín Pallín MAGISTRADO 28/5/2009
El Juzgado de Instrucción Central número 5, cuyo titular es el juez Baltasar Garzón, inició un procedimiento para perseguir penalmente los crímenes contra la humanidad cometidos durante la guerra civil y la dictadura. Es innegable que una parte de la sociedad española se resiste a condenar el franquismo ignorando las declaraciones del Parlamento Europeo y de la Asamblea del Consejo de Europa.

El colectivo Manos Limpias presentó una querella, admitida a trámite y trasladada al Ministerio Fiscal, que dictaminó que los hechos no eran constitutivos de delito, solicitando su archivo.El martes, el Supremo dictó un auto que termina con un circunloquio que reproduzco a continuación: "Esta sala, sin valorar ni prejuzgar lo sucedido, entiende que no se dan las condiciones para rechazar la admisión a trámite de la querella".

El núcleo de la admisión parece contenerse en el párrafo que imputa al juez seguir dictando providencias sin haber resuelto su competencia, ordenando a numerosos archivos e instituciones el envío de los listados de los desaparecidos durante la guerra.

Le reprocha intentar salvar los escollos de la irretroactividad, la prescripción y la ley de amnistía. Es exactamente lo que hizo el Tribunal Militar de Núremberg y lo que rige en materia de crímenes contra la humanidad.En cuanto a la ley de amnistía, debo hacer un apunte. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos es ley española desde su publicación el 30 de abril de 1977. El comité que aplica el pacto considera ilícitas las amnistías sobre hechos delictivos reconocidos en el derecho internacional. La amnistía española es posterior a dicha fecha.