• Cuatro miembros del Batallón de la Calavera de las SS se escondieron durante años en Estados Unidos para evitar ser juzgados por crímenes de guerra. Allí han permanecido ocultos hasta que una investigación gubernamental norteamericana reveló su pasado nazi. Ahora, todos han sido despojados de la nacionalidad estadounidense.
Reportaje por: Daniel MONTERO 06/10/08. Prometo solemnemente como miembro del batallón de guardias de las SS que cumpliré siempre puntual y cabalmente con mis obligaciones”. Junto a estas líneas, el yugoslavo Josias Kumpf estampó su nombre y firma en 1943. Con ello se comprometía a “mantener la pureza de las SS”. Ése era el juramento del Batallón Totenkopf (calavera, en alemán). Bajo su yugo estaban los campos de concentración del nazismo. Custodiaban las instalaciones de clase tres. Las más letales. Aquellas destinadas al exterminio masivo de subhumanos: judíos, gitanos y disidentes políticos, entre otros.
Millones de personas perdieron la vida en estos campos. “Sólo el Führer puede decidir sobre la vida o la muerte de un enemigo del Estado”, reza el juramento.Josias Kumpf firmó el escrito cuando comenzó a servir en Sachsenhausen, a 50 kilómetros al oeste de Berlín. Era el campo central de entrenamiento de las SS. Y hasta allí llegaban a diario presos capturados en Francia. Entre ellos, numerosos españoles republicanos que habían huido del régimen franquista. Disidentes que perdieron la vida entre torturas, en las cámaras de gas o a manos de los guardias armados....
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