Ramón Pedregal Casanova. Rebelión 28/9/09
Fusiladas, presas, y relegadas por el oscurantismo franquista. Mujeres que han sido y son un bastión de la dignidad y de la resistencia republicana antifascista. Heroínas desconocidas y ahora recuperadas para romper los muros de ignorancia levantados por el franquismo y sus continuadores. Heroínas también condecoradas en Francia, no aquí. Gracias al esfuerzo de las organizaciones republicanas hoy ocupan un espacio en la historia, son ejemplos para el presente y para el futuro de justicia social por el que se trabaja.
El libro “Mujeres encarceladas”, de Fernando Hernández Holgado, en Ediciones de Historia Marcial Pons, rinde homenaje a éstas mujeres enseñando su valía humana, social y política, poniendo de relieve el carácter con el que defendían los valores republicanos de antifascismo, solidaridad e igualdad, en lo cotidiano y frente a sus asesinos. Bertolt Brecht las denominaría “mujeres imprescindibles”.
El libro se abre con una canción satírica compuesta y cantada por las presas de Ventas en la que resumen las condiciones de vida a las que las sometían los directores de prisiones, las monjas de todas las congregaciones religiosas, que hacían de carceleras, y las mujeres extraídas del más puro fascismo para hacer de funcionarias de prisiones. ¿Cuáles son las implicaciones de todos los gobiernos que han pasado para que ninguno haya querido levantar el manto que borra a todo el Estado “anterior” y en concreto a semejantes personajes?
El autor comienza haciendo una reflexión sobre las cárceles como objeto de estudio histórico, y en ella señala que el número de los prisioneros de la guerra “sobrepasaba ampliamente las 300.000 (trescientas mil) personas, y señalando el hacinamiento de prisioneros apunta el caso de la Prisión de Barcelona, la Prisión Modelo, como “la más poblada de Europa e incluso del mundo”.
Fernando Hernández Holgado nos transmite lo sucedido en la cárcel de Ventas en el periodo que va del final de la guerra en 1939 hasta 1941.Pone en primer término y como referencia de la voluntad republicana a Victoria Kent, Directora General de Prisiones nombrada por el gobierno de la República en 1931, primera mujer que en España y en el mundo ocupó un cargo así. La reforma de Victoria Kent tenía el propósito de cambiar la concepción de la cárcel como centro de castigo infernal impuesto por la monarquía, para hacer de semejante antro un centro en el que las personas internas iban a aprender, a mejorar sus condiciones para salir al mundo y poderse ganar la vida con dignidad. El triunfo del fascismo hizo volver a la edad media a ese conjunto social que en la República había crecido en esperanza de cambio a un mundo más justo, y las cárceles se convirtieron en lugares infernales.
Entrelazadas con el análisis histórico el autor vierte las aportaciones personales de las presas, aportaciones que se han recogido en libros, entrevistas, cartas, declaraciones, que construyen una visión imborrable del franquismo y depositan en el lector la idea clara de lo que es una dictadura, de lo que fue el franquismo, cuya crueldad era fruto del esfuerzo de las gentes fascistas.
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