La Comissió de la Dignitat ve "cinismo" en el 'caso Centelles'

Denuncia el retraso en el retorno de los 'papeles'

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CATALINA SERRA - Barcelona - 05/12/2009 "Estamos ante un nuevo caso de menosprecio y cinismo al trasladar a aquel lugar siniestro [el archivo de Salamanca] un fondo que fue preservado por Centelles precisamente para que no fuera a parar allí", señala el manifiesto de la Comisión de la Dignidad hecho público ayer. La plataforma cívica que lideró la lucha por el retorno de los papeles de Salamanca no ahorra calificativos a la compra por parte del Ministerio de Cultura del archivo del fotógrafo: "actitud obscena", "deslealtad institucional", "conducta vengativa"...

Según Josep Cruanyes, portavoz de la comisión, "no se puede hacer abstracción del hecho de que este fondo irá a Salamanca", archivo en el que, dice, "aún están dos millones de documentos de particulares que fueron expoliados en 1939 y que no han regresado a Cataluña" .

La nota (comissiodeladignitat.cat) considera "significativo que muchas personas ya hayan manifestado su objeción al hecho de que las imágenes que Centelles hizo de sus familiares sean expuestas" en Salamanca. Es una objeción que ha aparecido en programas radiofónicos y cartas al director. Una de ellas la firmó Gabriel Pernau, nieto de las dos personas que aparecen en la fotografía que acompaña este texto. "Sólo expresaba mi opinión personal", indicaba ayer. "Ya es molesto que la familia haya tenido que aceptar cómo se atenta contra el derecho a la intimidad al reproducirse tantas veces esta imagen como para que sea utilizada en beneficio personal".

En todo caso, la cotización de las imágenes de Centelles está al alza. Ayer, en el programa Els matins, de TV-3, una mujer mostró el álbum de 83 fotografías de Centelles que compró hace 15 años en los Encants. En directo llamó Sergi Centelles, quien autentificó las fotos y afirmó que ahora costarían entre 800 y 1.000 euros cada una. El Museo Nacional de Arte de Cataluña compró cuatro fotografías del fotógrafo el año pasado, con aportaciones de la empresa LESAN, en una subasta en la que también pujó el Ministerio de Cultura.