Los testimonios de manchegos afincados en Valencia demuestran que hubo enterramientos en cal viva de republicanos en Villarrobledo
13 de diciembre de 2009 J. M. VIGARA. VALENCIA. Quince valencianos -vecinos de la capital y de pueblos del área metropolitana como Sedaví, Aldaia o Quart de Poblet, y de Alicante ciudad-, se hicieron ayer la prueba del ADN en la Agrupación del PSPV de Riba-roja para cotejar los resultados con los restos hallados en las exhumaciones realizadas en Uclés (Cuenca). El objetivo es buscar los restos de los parientes de un buen número de valencianos, -normalmente sus padres y su abuelos, muertos en la Guerra Civil por la represión franquista en Albacete y Cuenca-, para darles un entierro digno tal como prevé la Ley de la Memoria Histórica. Esta campaña está siendo impulsada por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Cuenca, que trabaja en toda Castilla-La Mancha (ARMH-Cuenca), y el Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica (Gprmh-Valencia), que actúa en la Comunitat Valenciana.
Ayer los responsables de ambas entidades, Máximo Molina, de Cuenca, y Matías Alonso, de Valencia, hicieron un llamamiento a los valencianos descendientes de castellano-manchegos de Cuenca y Albacete, cuyos familiares fueron asesinados por el Franquismo para que se pongan en contacto con estas asociaciones con el objetivo de recuperar los restos de sus parientes.
En concreto, en los barreros de Villarrobledo, existen fosas comunes donde yacen no menos de 62 personas. Los trabajos para sacar a la luz los restos van a iniciarse en breve. Un alto porcentaje de los descendientes es seguro que viven en la Comunitat Valenciana, según los datos que maneja ARMH-Cuenca. Tal como relata Máximo Molina los barreros eran pozos de gran profundidad empleados parea extraer arcilla para las minas. Allí eran llevados, después de la Guerra Civil, los represaliados del Franquismo para ser arrojados en vida y cubiertos con cal viva. Un testimonio anónimo de un anciano que vive hoy en Valencia, relatado por Matías Alonso, evoca el sufrimiento atroz que padecieron aquellas personas, previamente torturadas hasta el límite. Lo mismo que el aportado por Vicenta Flores, quien reivindica la figura de su padre, Pedro Flores Mecina, asesinado el 11 de abril de 1939. En cuanto a las personas que se han realizado las pruebas de ADN sus datos serán contrastados con los restos extraídos en Uclés -donde se han exhumado a 443 personas- y donde se construirá un panteón para reinhumar los restos no filiados tras el proceso de identificación.
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