Tres barricadas de memoria

Los vecinos de Lavadores recuerdan a sus represaliados en la Guerra Civil y depositan flores en el monolito de Barreiro

ANA DE LARRIVA 29 de noviembre de 2009 Con tres débiles parapetos resistieron los vecinos de Lavadores el avance de los militares rebeldes. Árboles, muebles y adoquines. Cayó el de Os Choróns tras largas horas de desesperada resistencia. Se desplomó como humo el de O Calvario y sucumbió el de O Seixo, atacado por la espalda por los guardias del puesto vecino. Y continuó el terror. La represión posterior a la lectura del bando franquista por parte del capitán Carreró en la Puerta del Sol, el 20 de julio de 1936, fue especialmente sanguinaria en el antiguo Concello de Lavadores.

La asociación vecinal de la barriada viguesa homenajeó ayer la memoria de todos los asesinados durante la opresión derivada de la Guerra Civil. Fue "con el recuerdo firme, pero la vista hacia delante". El acto se inició al mediodía en Vila Galicia (Ramón Nieto 302), sede de la agrupación, como hacen anualmente desde 2006. Un centenar de familiares de las víctimas y vecinos se congregaban en el salón de actos.

La primera parte de la conmemoración consistió en la lectura de fragmentos de Morir en Lavadores, obra del célebre historiador vigués Xoán Carlos Abad Gallego. Con ella, se recordó gran parte del centenar largo de nombres de aquellos a los que les fue arrebatada la vida en cunetas o crímenes justificados con parodias legales.

Mientras que algunos de los asesinados eran realmente personajes públicos comprometidos con la causa obrera o simplemente republicana y, por lo tanto, muy conocidos –los propios alcaldes de Lavadores, José Antela Conde, y de Vigo, Emilio Martínez Garrido–; otras veces se trataba de simples militantes de base que hicieron gala de su ideología donde no debían. Incluso se produjeron casos de muertos por "estar demasiado cerca del fuego". Frases de Víctor Freixanes y partes de O Antigo Concello de Lavadores. Unha aproximación histórica, del investigador Xesús Giráldez Rivero, completaron esa primera fase de memoria.

El presidente de la asociación vecinal, Eduardo Fernández, quiso rescatar el importante papel que jugaba Lavadores en la década de los treinta, como populoso ayuntamiento, que llegaba hasta Os Choróns y englobaba las parroquias de Teis (aunque ésta gozaría de un efímero periodo como Concello independiente), Candeán, lógicamente Lavadores, Bembrive, Cabral, Beade, Zamáns y Valladares.

Aunque el cielo amenazaba con descargar toda su humedad, se contuvo mientras la comitiva se desplazaba hacia el parque de Barreiro, al son de las gaitas de Meigallo de Lavadores. Justo en la intersección de la calle Margarita Bilbatúa Zubeldía con Ramón Nieto, procedieron a la ofrenda floral. Depositaron una corona de recuerdo a las víctimas de la represión mientras las primeras gotas empezaban a perlar la hierba. Ya bajo techo, de vuelta a Vila Galicia, compartieron anécdotas y pinchos.