LA GUERRILLA FUE LA ÚNICA FUERZA ARMADA DIGNA DE LA POSGUERRA QUE TUVO ESPAÑA, DEFENDIÓ LA LEGALIDAD Y LOS VALORES DEMOCRÁTICOS, LUCHA QUE ESTABA MÁS QUE LEGITIMADA.
Juan Busquets
Foto ABF 6/11/09
La guerrilla empezó a organizarse en plena guerra civil en las zonas ocupadas por los insurrectos. Muchos soldados republicanos antes de rendirse prefirieron seguir luchando en el monte, para ellos la guerra no había terminado. En 1939 cuando Alicante se rindió, último bastión republicano, Franco declaró el fin de la guerra, aunque continuó manteniendo la Ley marcial hasta que la guerrilla fue totalmente exterminada en 1950.
La guerrilla empezó a organizarse en plena guerra civil en las zonas ocupadas por los insurrectos. Muchos soldados republicanos antes de rendirse prefirieron seguir luchando en el monte, para ellos la guerra no había terminado. En 1939 cuando Alicante se rindió, último bastión republicano, Franco declaró el fin de la guerra, aunque continuó manteniendo la Ley marcial hasta que la guerrilla fue totalmente exterminada en 1950.
A partir de esta fecha el régimen de cara al exterior quiso dar la impresión que España se democratizaba y se respetaban los derechos humanos. Incluso la frontera fue abierta, y el ejército accedió a la guardia civil la vigilancia de la misma, así que los centros penitenciaros, excepto los tribunales de justicia que siguieron bajo el control de los militares hasta la muerte del dictador, 1975.
Estos cambios no tuvieron ninguna trascendencia, pero estas estratagemas sirvieron para calmar y seguir temporizando las exigencias de algunos países democráticos que reclamaban el cambio. Estas concesiones del régimen le obligaba a ser más flexible, aunque sólo fuera por interés. El turismo por ejemplo representaba una aportación de divisas importante, que empezó a desarrollarse cuando desaparecieron las guerrillas, esto explica el interés que había de acabar cuanto antes con los guerrilleros.
Para neutralizar definitivamente esta oposición armada Franco promulgó en 1947 la Ley de Bandidaje y Terrorismo, que derogaba la Ley de Seguridad del Estado, creando una norma penal más dura. Con esta Ley las circunstancias atenuantes no eran tenidas en cuenta y las penas más severas eran aplicadas para castigar a estos "crímenes contra la nación". Con esta previsión, todos los miembros de un grupo armado, realizasen o no una acción, estaban sujetos a la pena de muerte, por el procedimiento sumarísimo. El responsable del grupo o jefe de partida, con esta ley era inexorablemente condenado a muerte, y fusilado sin apelación.
Los sicarios de régimen con esta ley tenían carta blanca para torturar, y aplicar la ley de fugas con toda impunidad. "El mantenimiento de la jurisdicción militar, como máxima expresión de la represión, se mantuvo hasta 1975".
Sólo por el hecho de proveer alimentos a los guerrilleros detuvieron en Berga, prov. de Barcelona, varias personas, que fueron salvajemente torturadas durante semanas en el cuartel de la guardia civil ubicado en la susodicha ciudad. A cinco de los detenidos les aplicaron en noviembre de 1949 la ley de fugas: Juan Vilella, José Bertobillo, José Puertas, Jauma Guitó y Miguel Guitó, la ejecución de los dos últimos la ordenó un teniente de la guardia civil de Gironella. Con esta implacable represión el régimen pudo por fin acabar con la resistencia armada que tanto quebradero de cabeza dio a Franco y sus partidarios.
En el acto de presentación del libro "Historia de la guerrilla antifranquista", obra del leonés Secundino Serrano. Zapatero, "reconoció la escasa simpatía del PSOE de la época a este colectivo", el cual quiso justificar la actitud de sus antecesores por no participar en la guerrilla, dando como excusa el "carácter pacifista de la izquierda". Zapatero como es habitual en él peca de claridad, ya que pacifistas fueron todos los que defendieron la republica, tanto en el frente como en el monte. En cuanto la idea de organizar la guerrilla fructífera en España a principio de la guerra civil con el gobierno de Juan Negrín, el cual remarcaré era socialista, detalle que a Zapatero se le ha pasado por alto. En su mandato se creó el XIV Cuerpo de Ejercito Guerrillero en 1937. Con el objetivo de sabotear las líneas enemigas y mantener en caso de derrota que esta fuerza continuase siendo operativa.
La historia demuestra que los socialistas no quedaron al margen, como apunta Zapatero, sobre todo en lo que respecta a su militancia de base que dio la cara. En León, Galicia y Asturias hubo una notable influencia socialista, anarquista, comunista, y otros combatientes republicanos. A Zapatero da la impresión que le molesta hablar de ello, como si fuera un deshonor de reconocer que hubo socialistas en el monte.
Francia resalta en cada acto oficial la importancia que tuvo la resistencia francesa en la liberación, los maquis jugaron un papel determinante en el suceso del desembarco aliado en Normandia y en Provincia. El presidente de turno francés, Sacrozy, elogia "l’armée de l’ombre" cada vez que la ocasión se presenta. La diferencia está que en Francia la democracia ganó la guerra, y España la perdió.
Por un motivo turbio difícil de entender, Zapatero ensalza el ejército victorioso, un ejército mercenario que luchó codo a codo con el nacionalismo alemán y el fascismo italiano. Además si esto no fuera suficiente tiene aún la desfachatez de hacer desfilar un ex soldado de la división azul al lado de otro que estuvo con la división del general Lecler, que liberó Paris. ¡Qué cinismo! ¡Hasta donde va llegar!
Los maquis españoles que combatieron en Francia contra los nazis son considerados héroes, España los califica de bandoleros, calificativo que aún consta actualmente en los archivos del ejército.
El palmarés del llamado "glorioso ejército español vencedor de la Republica" es ignominioso, recordar su pasado dan nauseas. Se trata de un ejército golpista que destruyó España, tuvo el país durante 40 años bajo su bota, imponiendo leyes castrenses fuera de tiempo. Fue culpable de torturar y asesinar a miles de civiles indefensos, de provocar desapariciones forzosas, fusilamientos, persecuciones por motivos políticos, robos, etc. Estas depuraciones ponen en evidencia el principio más fundamental de los derechos humanos, que es el respeto a la vida. Derechos que fueron pisoteados por estos ilustres militares.
La guerrilla fue la única fuerza armada digna de posguerra que tuvo España, defendió la legalidad y los valores democráticos. Lucha que estaba más que legitimada, y una buena parte de los guerrilleros estuvo en el maqui francés contra el invasor nazi. Comparad los dos bandos por igual como pretende el gobierno, con el lema "ni vencedores ni vencidos". Estas mismas palabras fueron dichas por el Caudillo cuando inauguró el monumento del Valle de los Caídos, el 1º de abril de 1959, en el vigésimo aniversario del final de la guerra civil. "El cual pretendía glorificar todos los que dieron la vida por la patria durante la denominada cruzada. Lugar que reposarían los restos de las victimas, que es con lo único con lo que se quería reconciliar. A los vivos, Franco seguía aplicándoles su cruel venganza".
La democracia impuesta por los vencedores tuvo un mal principio, los responsables políticos de todo borde creyeron que con el tiempo se borrarían todas las atrocidades cometidas durante la dictadura. Ha quedado demostrado con el pacto del olvido los golpistas y sus primogénitos son los primeros de dar el mal ejemplo, pues siguen manteniendo el odio y la soberbia de antaño. Conducta que ha quedado reflejada con la manifestación del magistrado del Tribunal supremo Adolfo Prego de Oliver, de ideas ultraderechistas, el cual pretende justificar el alzamiento de julio de 1936, como la respuesta a un supuesto golpe de Estado ejecutado por los republicanos. Que según él "agrupaba marxistas radicales, anarquistas, racistas sabinianas, golpistas republicanas y nacionalistas catalanas, todas ellas ajenas a cualquier programa de libertad".
En esta misma línea le sigue Jaime Mayor Oreja, en una de sus elocuciones, dijo: "que Franco aportó el bienestar y el progreso a España", esta aserción revela cual es el personaje, que tanto preponderan sus amigos del PP por haber ganado las elecciones europeas. Podría numerar otros individuos que ostentan altos cargos, y que han manifestado igualmente una entusiasta lealtad al franquismo. Está visto que los ultraderechistas se sienten fuertemente protegidos por la "Constitución", aprobada en 1977, y que según ellos simboliza "la unidad y la concordia entre todos los españoles"...
Mientras tanto los guerrilleros o maquis son los grandes olvidados, a pesar que los diputados aprobaron en 2001 por unanimidad la rehabilitación moral, pero olvidaron añadir el reconocimiento jurídico, requisito indispensable para obtener el mismo trato que los demás combatientes.
Los militares franquistas bien cobran una pensión, me pregunto ¿por qué ellos sí y los guerrilleros no? ...
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