Público.es 5/6/13 Félix Población
Escritor y periodista
Escritor y periodista
Al tiempo que la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales
(AABI) ha dado a conocer en un comunicado su más enérgica protesta
contra el despropósito contencioso-administrativo de eliminar el
monumento erigido en la Ciudad Universitaria de Madrid a los brigadistas
que lucharon contra el fascismo durante la Guerra de España, me
gustaría aprovechar esta circunstancia para sugerirle a mi estimado Juan
Carlos Monedero que tratase de eludir en lo sucesivo su comparecencia
en programas de debate como los de Intereconomía TV.
Esos cara a cara entre dos antagonistas invitados para debatir sobre
un tema que ya de por sí tiene un planteamiento manifiestamente
tendencioso -si se es o no partidario de la eliminación de monumentos
tanto al franquismo como a quienes se enfrentaron a él-, solo tienen el
propósito por parte de los gestores de ese canal de levantar en lo
posible sus depauperados índices de audiencia, aunque para ello sea
preciso dejar en evidencia -tal como se comprobó en El gato al agua
con la presencia del Monedero- la incapacidad del invitado afín a la
casa para escuchar a sus oponente, o hacerlo a base de risitas y visajes
varios de suficiencia y necedad propios de quien suple la falta de
rigor histórico o el exceso de fobia hacia los argumentos del
contrincante con una falta elemental y democrática de educación.
Asuntos tan serios como el de la memoria histórica -con miles de
víctimas del fascismo todavía sin recuperar en fosas y cunetas de todo
el país- no merecen debatirse con quienes sólo entienden esa realidad
lacerante en un país democrático como una fuente de resentimiento y
tratan de obviar esa general masacre en toda la nación -continuada por
el dictador una vez finalizado el conflicto armado con cientos de miles
de fusilamientos, encarcelados, exiliados y desterrados-, o equipararla
con la que se produjo en la localidad de Paracuellos del Jarama en los
primeros meses de la Guerra Civil. Sin que ésta pueda justificarse en
ningún caso, es de constatar que la capital de la República sufría esos
meses un crudelísimo acoso por parte ejercito golpista, con prolongados
bombardeos de la aviación nazi que causaron centenares de víctimas entre
la población civil, entre ellas 60 niños en la localidad de Getafe el
30 de octubre de 1936, a los que el poeta y Premio Nobel de Literatura
Vicente Aleixandre dedicó un estremecedor poema que cuesta mucho encontrar en las antologías.
Destruiré Madrid antes que dejárselo a los marxistas, había
dicho el general Franco. Los brigadistas internacionales entraron en
combate precisamente para evitarlo, en defensa de la capital
republicana, en cuyos frentes centenares de ellos perdieron la vida cuya
memoria y homenaje también se pretende hacer desaparecer en la Ciudad
Universitaria por razones supuestamente administrativas. Esa simbólica
y sobria recordación, erigida muy tardíamente, se halla no muy lejos
del ostentoso e imperial Arco de la Victoria, en la plaza de La Moncloa,
en uno de cuyos frontones se puede leer una inscripción en latín que
reza tal que así: Fundada por la magnificencia regia y restaurada por
el caudillo de los españoles, la sede de los saberes de Madrid florece
ante la mirada de Dios.
El Arco de la Victoria fue erigido en 1956 y celebra en 2013, después
de casi cuatro decenios de fallecido el dictador y casi otros tantos de
régimen democrático, el vigésimo aniversario del levantamiento
franquista contra el gobierno democrático de la segunda República, que
con sus luces y sus sombras fue el primer periodo democrático de la
historia de España.
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