De izquierda a derecha: Xesco Sáez (NNGG Xátiva), Daniel Terrades (NNGG Gandía), Jorge Roca (NNGG Xátiva) y Carmen Melissa Ferrer (PP Canals). |
- Miembros de Nuevas Generaciones se fotografían junto a símbolos fascistas o propios de la dictadura
- Las asociaciones por la memoria histórica censuran la connivencia del PP con sus cachorros y aseguran que "la cultura franquista pervive" en el partido
- Rafael Escudero, doctor en Derecho, explica que fuera de España no se tolerarían gestos así y critica la tibieza de la Ley de Memoria Histórica
"Franco ha muerto #FrasesQueNoDeberíanExistir". Este mensaje, publicado en el perfil de Twitter de la agrupación de Nuevas Generaciones (NNGG) del PP de la localidad Bollullos (Huelva) es el último caso –pese a la posterior disculpa– que vincula a los cachorros de la derecha con la simbología de la dictadura. Pero no es, ni mucho menos, el único episodio ocurrido: las fotografías de miembros de NNGG con banderas franquistas, con simbología nazi o saludando brazo en alto se han multiplicado recientemente.
Ha habido más polémicas. El día 13 de agosto, el presidente de NNGG de Sant Cugat del Vallés, Ignacio Fuentes, pedía ilegalizar los partidos que atentasen contra "la unidad de España". En mayo, la presidenta de los jóvenes conservadores a nivel nacional, Beatriz Jurado, afirmó rotunda que los miembros de NNGG "trabajan", a diferencia de los "jóvenes borregos" que –según sus palabras– pueblan las juventudes de PSOE e IU. Y en abril, pusieron en marcha un buzón de denuncias anónimas para delatar a los profesores que "adoctrinasen" en las aulas de Castellón.
En las últimas semanas, las imágenes de dirigentes de NNGG han inundado las redes sociales. El pasado sábado, el secretario de NNGG en Gandía, Daniel Terrades, fue inmortalizado haciendo el saludo fascista en un mausoleo erigido en honor de las víctimas del bando franquista durante la Guerra Civil. Pocos días antes, el secretario de Deportes del PP de Xátiva, Jorge Roca, se hizo una foto con una bandera nazi durante un partido de fútbol. Y también durante los primeros días de agosto salió a la luz la imagen de Xesco Sáez, presidente de NNGG en Xátiva, saludando brazo en alto.
Aunque la oposición pide responsabilidades, especialmente en la Comunitat Valenciana, donde se concentran un buen número de casos, el PP no da importancia a lo ocurrido. Es una "chiquillada", aseguró Alfonso Rus, presidente de la Diputación de Valencia, en referencia al episodio relativo a Xesco Sáez. Rus pidió una disculpa al joven, pero justificó lo ocurrido como una "tontería" propia de "una noche de juerga". Son "hechos puntuales", subrayan desde Nuevas Generaciones de la Comunitat Valenciana, e insisten: "No se puede atacar a más de 7.000 [miembros] por un hecho aislado".
Sin embargo, a los grupos de la oposición no les bastan estas explicaciones: "No se puede hacer apología del fascismo, no es propio de jóvenes supuestamente demócratas", afirma la secretaria general del PSOE de Huelva, María Márquez, que pide una disculpa y "medidas contundentes". Fran Ferri, diputado de Compromis en las Corts valencianas, va más allá: Las "declaraciones de intenciones", asegura, "no sirven de nada si no conllevan reacciones como la expulsión".
Cultura franquista
En las asociaciones vinculadas a la recuperación de la memoria histórica no sorprende demasiado el comportamiento de los jóvenes del PP: "La cultura franquista pervive en el PP y no es de extrañar en un partido político cuyos padres fueron ministros de la dictadura", explica Marco González, vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH). En la misma línea, José María Pedreño, presidente de la Federación Estatal de Foros por la Memoria, apunta: "La derecha sigue siendo la del franquismo, y aunque el PP le reste importancia a lo ocurrido, quien se identifica con un golpista es porque está dispuesto a dar un golpe".
Las víctimas de la dictadura hacen referencia, en este contexto, a la escasa ayuda que reciben y a la pervivencia del franquismo sociológico. "Mientras la sociedad no entienda que la Guerra Civil fue una batalla entre la democracia y el fascismo, la democracia española seguirá teniendo un perfil bajo", lamenta Pedreño. "En España se consiente la defensa del franquismo, y sus miles de víctimas no han recibido ningún gesto por parte del Estado", añade por su parte el número dos de la ARMH.
Fuera de España, gestos como los protagonizados por los miembros de las juventudes del PP "serían difícilmente asumibles por la opinión pública y por la clase política", denuncia Rafael Escudero, doctor en Derecho y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid. Escudero subraya que en España el PP "sigue sin romper lazos con el franquismo" y que la conducta de los militantes de NNGG es "un patrón que se repite" y con el que "los dirigentes del PP son condescendientes".
Escudero contrapone el caso español a la situación que se vive en Alemania, donde está prohibida la exaltación del fascismo y el nazismo. Mientras tanto, añade, en España la Ley de Memoria Histórica prohíbe la exhibición de determinados símbolos, "pero es tan tibia que no prevé siquiera sanciones". Es una crítica que comparten los activistas que apuestan por recuperar la memoria de los asesinados por la dictadura. "La legislación española sólo habla por encima de todas estas cosas", dice González.
Por tanto, ¿podrían los actos protagonizados por estos jóvenes acarrear algún tipo de consecuencia? "Hay tipos penales que prohíben la exaltación del fascismo, pero los jueces siempre se niegan a entrar a valorar este tipo de conductas", señala Escudero, que considera que para que los dirigentes de NNGG pudieran ser condenados un juez tendría que "interpretar de forma amplia los tipos existentes", algo que estima sumamente improbable.
Interpretando las leyes en sentido literal, "incluso la [ley] de partidos podría aplicarse a Nuevas Generaciones, puesto que su articulado habla de dirigentes que hagan apología de la violencia o el totalitarismo", estima Escudero. Pero una vez más, todo hace pensar que el modelo de democracia militante que impuso esa norma no será aplicado a los cachorros del PP: "Es una ley ad hoc creada para el caso de Batasuna, y a la vista de la actual configuración del Tribunal Supremo, cualquier medida tendría poco recorrido".
"Las Nuevas Generaciones del PP dicen 'la democracia me vale si me sirve a mi', y mientras estas actitudes se toleren, no avanzaremos en cultura democrática", sentencia Pedreño.
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