La Inmaculada Concepción, nueva alcaldesa. AYTO. LA LÍNEA |
Andaluces.es - Pablo Fraile
/ 3 dic 2013
Los ciudadanos de La Línea de la Concepción (Cádiz) cuentan desde el
pasado domingo con una nueva alcaldesa. La Inmaculada Concepción,
patrona del municipio, es desde entonces regidora perpetua de la
localidad gaditana sin necesidad de pasar por las urnas. Un pleno
extraordinario celebrado en el Ayuntamiento la elevó a los altares de la
política local gracias a los votos de PSOE -partido que gobierna-, PP y
PA. La virgen recibió, además, la insignia de la ciudad, el bastón de
mando y una medalla conmemorativa.
La Inmaculada Concepción compartirá puesto con Gema Araujo (PSOE),
regidora terrenal de la localidad. La alcaldesa aseguró en su discurso
que el nombramiento de la virgen responde a una reclamación ciudadana y
calificó de “histórica” una jornada en la que participó el Obispo de
Cádiz, además de otras autoridades religiosas. “Todos, sin distinción,
homenajeamos así a quien ha dado respaldo espiritual desde el nacimiento
de esta población, siendo, por tanto, de las primeras señas de
identidad que todos los linenses tenemos”, alegó Araujo, quien explicó
que la Inmaculada Concepción da nombre al municipio desde julio de 1870,
cuando la corporación municipal decidió añadir un reconocimiento a la
patrona en la denominación de la localidad.
El nombramiento se lleva gestando alrededor de seis meses y coincide
con el centenario de la concesión del título de ciudad a La Línea por
Alfonso XIII, en 1913. Para poder hacerlo efectivo, el
Ayuntamiento se ha visto obligado a modificar el Reglamento de Honores y
Distinciones, que no recogía el supuesto de nombrar a una virgen
alcaldesa perpetua.
Para Izquierda Unida, único grupo municipal que se opuso a la medida,
supone “un insulto a la inteligencia y a la aconfesionalidad del
Estado”. Su representante en el pleno, Ceferina Peña, a la que denuncian
se negó la posibilidad de intervenir en el acto, abandonó el pleno en
señal de protesta. “Es una falta de respeto. No solo hacia las personas
que no tienen ninguna confesión, sino a los ciudadanos con otras
creencias”, denuncia Manuel Sánchez Cárdenas, coordinador local de la
coalición en La Línea. “Lo que más nos choca es que lo ha llevado a cabo
el PSOE. Hace dos semanas dijeron que iban a dar un giro a la
izquierda”.
La medida del Ayuntamiento de La Línea llega poco después de la
Conferencia Política del PSOE federal, que supuso un intento de los
socialistas para avanzar hacia políticas menos comprometidas con la
religión católica. En esa línea, el partido presentó ayer una
proposición no de ley en el Congreso para instar al Gobierno a denunciar
los acuerdos con la Santa Sede, poner en marcha una ley de libertad
religiosa y establecer un protocolo de obligado cumplimiento para todos
los actos organizados por el Estado para garantizar su
aconfesionalidad. ”Hoy tenemos una sociedad mucho más secular, incluso
más laica, y mucho más plural”, decía en rueda de prensa la
vicesecretaria del partido, Elena Valenciano, “creemos que esta nueva
realidad debe reflejarse en nuestro ordenamiento jurídico”. Del dicho
al hecho hay, no obstante, un largo camino. “No basta con
declaraciones”, protesta Manuel Navarro, coordinador de Andalucía Laica:
“El PSOE no tiene que esperar a estar en el Gobierno central para hacer
política de laicidad, tiene que hacerlo desde todos los sitios en los
que gobierna”.
Autoridades religiosas en el pleno
Los que sí tuvieron la oportunidad de valorar la medida en el pleno
fueron Juan Domingo Macías, hermano mayor de la Hermandad de la
Inmaculada Concepción y el sacerdote Juan Enrique Sánchez.
Paradójicamente, fue este último quien hizo referencia explícita a la
Constitución para justificar la medida, asegurando que el nombramiento
no entraba en conflicto con la aconfesionalidad del Estado: “No conlleva
ninguna injerencia de la religión en la política ni viceversa, porque
es ante todo un título honorífico que reconoce la incuestionable
relación de La Línea de la Concepción con su patrona”.
Tras el acto en el Ayuntamiento, el nombramiento tuvo una segunda
parte en el santuario de la patrona, a pocos metros de la sede
municipal. Una vez allí, Araujo volvió a justificar la concesión del
título honorífico a la imagen religiosa y, aprovechando la presencia de
la nueva alcaldesa, hizo un llamamiento a la solidaridad ciudadana:
“Quisiera, con humildad, pedir desde aquí, en el acto de nombramiento de
nuestra patrona y a los pies de ella, un esfuerzo de todos para que si
cabe seamos más solidarios en unos tiempos que requieren de nuestra
respuesta más humana, más sentida y más cristiana”.
Religión y política municipal
El protagonismo de la religión católica en el ámbito municipal es una
constante en las corporaciones andaluzas. Además de La Línea, otros
municipios cercanos cuentan en su corporación local con una regidora
honorífica de las mismas características -la Virgen de la Luz en Tarifa o
Nuestra Señora de la Palma en Algeciras-. En otros casos, el
reconocimiento llega con un hueco en el callejero -el alcalde de
Sevilla, Juan Ignacio Zoido, le quitó una calle a Pilar Bardem para
ponérsela a la Virgen de las Mercedes- o en forma de medallas. El pasado
domingo, el Ayuntamiento de Granada (PP), con el respaldo también del
PSOE y UPyD, condecoró a la patrona municipal, la Virgen de las
Angustias, con la medalla de oro de la ciudad. En el acto, el alcalde de
la ciudad, José Torres Hurtado, aseguró que se trataba de una fecha
histórica para Granada y se apropió del sentimiento de todos los
ciudadanos, católicos o no: “Creo que no hay ni un solo granadino que no
diga a mi virgen no me la toques, esa es mi virgen”. Sin embargo, más
de un 25% de los españoles -datos del Barómetro del CIS de septiembre-
no se consideran católicos. “Un alto porcentaje de la población se ve
discriminada y no se siente representada con este estas historias”,
denuncian desde Andalucía Laica. “¿Por qué las administraciones públicas
pueden vulnerar sus libertades religiosas?”.
La confesionalidad de muchos municipios no entiende, además, de
siglas políticas. El pasado junio, Izquierda Unida anunció que
incorporaría en sus estatutos la prohibición de que cargos públicos
asistieran a actos religiosos. La medida no sentó demasiado bien a muchos de sus regidores, quienes alegaban que era difícil esquivar el arraigo de las tradiciones religiosas en la cultura local.
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