Cuando el arzobispo de Madrid habla de una nueva Guerra Civil, no queda claro si es una advertencia o una amenaza
Ignacio Escolar - El diario.es 1/4/14
"Los hechos y las actitudes que causaron la Guerra Civil la pueden volver a causar", dice Rouco Varela en el funeral por Adolfo Suárez. No se sabe si es una advertencia o una amenaza. Exactamente, ¿qué es lo que puede repetirse? ¿Volverá la Iglesia a avalar como cruzada un golpe de Estado? ¿Volverá a consagrar una dictadura y a llevar al tirano bajo palio? ¿De nuevo defenderán desde la fe, como hizo aquella Iglesia en esos años nefastos, que la democracia liberal es un pecado?
"Los hechos y las actitudes que causaron la Guerra Civil la pueden volver a causar", dice Rouco Varela en el funeral por Adolfo Suárez. No se sabe si es una advertencia o una amenaza. Exactamente, ¿qué es lo que puede repetirse? ¿Volverá la Iglesia a avalar como cruzada un golpe de Estado? ¿Volverá a consagrar una dictadura y a llevar al tirano bajo palio? ¿De nuevo defenderán desde la fe, como hizo aquella Iglesia en esos años nefastos, que la democracia liberal es un pecado?
"La concordia fue posible con él", dijo el señor arzobispo de Madrid en la santa misa para ese expresidente de un Estado aconfesional que ayer ofició en la Catedral de la Almudena rodeado de las más altas autoridades. La memoria es frágil. Olvida Rouco que ese mismo Suárez que ahora piropea fue quien aprobó la ley del divorcio, con toda la oposición y el escándalo de una Iglesia que, con el franquismo, había logrado derogar ese derecho que trajo la República.
Al menos Rouco no se quejó esta vez, como hizo ante las víctimas del 11M, de esa "cultura mundana que arrincona la fe en lo privado". Tiene narices la cosa. Lo dice el arzobispo que este mes ya lleva dos misas de Estado ante el presidente del Gobierno, el Consejo de Ministros, la familia real y los presidentes autonómicos (y un tal Teodoro Obiang al que todos hacían como que no conocían). Ahí le tienen al pobre Rouco. Arrinconado.
El miedo
"Y yo no opino, como muchos, que el pueblo español estaba pidiendo a gritos libertad. En absoluto, el ansia de libertad lo sentían sólo aquellas personas para las que su ausencia era como la falta de aire para respirar. Pero el pueblo español, en general, ya tenía unas cotas de libertad que consideraba más o menos aceptables... Se pusieron detrás de mí y se volcaron en el referéndum del 76, porque yo los alejaba del peligro de una confrontación a la muerte de Franco. No me apoyaban por ilusiones y anhelos de libertades, sino por miedo a esa confrontación; porque yo los apartaba de los cuernos de ese toro".Adolfo Suárez, durante una interesantísima entrevista en 1981 que hace unos días recordaba Suso de Toro.
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