LA ÚLTIMA DICTADURA TEOCRÁTICA INTEGRISTA CATÓLICA DE OCCIDENTE
“Moral de Convento” es un reportaje emitido en el programa Informe Semanal, que analiza como el régimen genocida del General Franco se esforzó por anular los avances sociales de la República instaurando la última dictadura teocrática integrista católica de occidente.
LA IGLESIA CATÓLICA, CÓMPLICE DEL DICTADOR fue la encargada de dictar las normas morales, que reprimieron con su “moral de convento” a la población. Las escenas del vídeo con los obipos rindiendo pleitesía al genocida que entraba bajo palio a la iglesia forman parte de un reciente pasado del que la institución se niega a pedir perdón.
Acabada la Guerra Civil, el régimen franquista no sólo se instaló en todas las instituciones políticas del país, también invadió los espacios más íntimos de la vida privada de los españoles. La Iglesia Católica dictó su moral, sus normas de conducta y asumió como propia la defensa de la pureza de la mujer española. Fue la mujer la que más sufrió esta represión. Las mujeres tenían que llegar vírgenes al matrimonio, Las redadas policiales en los típicos lugares donde acuden las parejas a mantener relaciones son habituales, y el castigo a los detenidos además de la multa económica, ven sus nombres publicados en los diarios.
EL TRIUNFO DE LA SUPERCHERÍA: LA IGLESIA OFRECE LOS DATOS DEL CENSO DEL INFIERNO
Los obispos afirman que el 99% de los condenados al infierno lo habían sido por falta al sexto mandamiento. El Cardenal Pedro Segura y Sáez , que consideraba a Franco “blando frente al mal” declara el baile agarrado pecado mortal. En algunas zonas rurales se imponen costumbres como por ejemplo que si una mujer no tenía éxito con su primer novio, no podía volver a intentarlo con otro. Hasta tal punto llegó la intromisión de la iglesia en el control de la moral que crearon una “línea de bañadores” para que la mujer española no enseñase carne en la playa.
LA DOBLE MORAL es un capítulo aparte: como se explica en el reportaje, los fieles que vestían camisa azul por su adhesión al régimen tenían “carta blanca” para no respetar las normas morales cristofascistas de la dictadura siempre que lo hiciesen con discreción.
Publicado en Las Malas Lenguas 19/7/2010
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