Pantano del Cenajo - La lápida de Franco y la lápida de papel

Fuentes Zorita

EL PANTANO DEL CENAJO

(Cuenca del río Segura – Murcia)

La lápida de Franco

Un pantano lleno y una promesa vacía

Floren Dimas 

 Hola Amigos,

 Arranco mi fiel Rocinante de dos ruedas a las 08:50 h. de hoy. Viento fuerte, fortísimo conforme galopo hacia el norte de la Región, entrando por tierras montañosas de Albacete, parando únicamente en la pedanía lorquina (de Lorca) de La Paca, a comprar en la panadería del pueblo unas tortas de pascua y dos de sus famosa empanadillas de bonito.

Casi de un tirón, la Kymco SD 330i y yo nos zampamos los 155 Kms. que hay entre la playa de Calabardina-Águilas, en donde ejerzo mi exilio sísmico (como afectado por el terremoto de Lorca ¿recordáis?), y la enorme presa de El Cenajo. Llego, miro el reloj y son las 11:00h. Es paisaje es impresionante, ha valida la pena el viaje, incluso teniendo que atravesar un tramo de 20 Kms. de asfalto triturado, plagado de trampas antitanque, desde el empalme de la RM 22 que viene de Calasparra, hasta el mismo borde del embalse.

Su capacidad oficial, de nada menos que de 100 Hm3, alcanza hoy... ¡¡los 100 Hms3!!, ...porque desembalsa la misma cantidad de agua que entra por su  cabecera. Impresionante ver el torrente de agua que sale disparada por el aliviadero. Hay bastantes coches. Son familias con legiones de pequeños diablillos, que vienen a disfrutar de un espectáculo hidrológico, por desgracia muy extraño en estas latitudes, en donde casi todas las vírgenes (las de palo, no las otras) están emparentadas con las comunidades de regantes y las asociaciones de agricultores, y no es raro presenciar procesiones en rogativas por la lluvia, al más clásico estilo medieval en los años en que, en el pantano del Cenajo, los lagartos van con cantimplora.

 El fuerte viento polar del N.O. que arrecia, no permite que los imprevisores excursionistas, -vestidos casi de playa por el tiempo que ha estado haciendo estos días por esta esquina de España-, permanezcan mucho tiempo extasiados ante el espectáculo, sin riesgo de quedar congelados.

“Prohibido el baño”, reza inútilmente un gran cartel, que provoca las sonrisas de los que miran desde lejos las gélidas aguas azules.

Dos eran los objetivos que me han  llevado a este espacio natural, tan maravilloso como casi desconocido en el resto del país. Nada mejor que un día radiante como el de hoy, para comprobar por mí mismo el panorama de agua, piedra y verde que a modo de sinfonía primaveral, está ofreciendo el Sur de España esta primavera.

El otro motivo era comprobar, con varios años de retraso, si la promesa personal que me hizo el mismísimo presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, a la sazón (octubre de 2009) José Salvador Fuentes Zorita (hijo de mi admirado amigo don José Fuentes Yepes, cofundador de las JSU en Murcia y puntual asistente -a sus 90 y cuatro años-, a los actos que organizamos de homenaje a las víctimas del franquismo en estos lares), había cumplido su palabra.

¿Qué prometió Fuentes Zorita?

Bueno, la promesa fue la culminación de un largo silencio administrativo.  a mi petición de que se eliminase la gran placa marmórea con letras en bronce, colocada con movido de la inauguración de la presa por Su Excremencia el Jefe del Estado, don Francisco Franco el 6 de junio de 1963; es decir, pronto hará cincuenta años. Fuentes Zorita, presionado por su padre (y éste por mí), se comprometió a eliminar esta lápida, y a colocar otra en el que se recordase a quién de verdad dejó su trabajo, su salud –y algunos hasta la vida- en la construcción del pantano del Cenajo: los presos republicanos de la Colonia Penitenciaria (militar) que llevó su nombre. “se hará antes de mayo para cuando se cumpla el 47 aniversario de su inauguración” –me aseguró-. “No deje de avisarme ya que por nada del mundo quiero perderme ese momento” –le rogué-.

El 4 de abril Fuentes Zorita dimitió de su cargo, por su disidencia con el gobierno de ZP, por haber éste derogado el proyecto del faraónico y enloquecido Trasvase del Ebro. De octubre de 2009 a mayo de 2010, habían pasado ocho meses, tiempo sobrado para ponerse manos a la obra.

¿Cumplió Fuentes Zorita su promesa? ¿No la cumplió...?

Hoy, por fin, iba a poder comprobarlo.

Bien protegido contra el frío y tras haber dedicado media hora a recorrer la presa, contemplando aquella inmensidad azul turquesa y el arco iris, que coronaba la tromba acuática de la salida del aliviadero, me dirigí a uno de los extremos del anclaje de la presa con la roca de la montaña que la sostiene y... ¡¡allí estaba!! la lápida franquista que Fuentes Zorita no había tenido nunca la intención real de quitar de la vista, ni sustituirla con un honroso recuerdo a los esclavos republicanos que la construyeron.

Precavido que es uno, como ya me parecía a mí que sería extraño que un cargo vitalicio del “aparato" socialista, tuviese la dignidad de hacer las cosas bien, recuperado de la comprensible ola de indignación que me envolvió, saqué de mi mochila mi particular “placa” de homenaje a los esclavos republicanos, y bajo no poca expectación de la gente que curioseaba por allí, la pegué en el único lugar posible desde donde llamase la atención: junto al pequeño aparcamiento de la parte superior de la presa.

Y allí me quedé un rato, observando a la gente que acercaba curiosa a leer lo que decía la “lápida” que acababa de pegar.

Así ha quedado "la placa" de papel.

 

Si algún día me encontrase por la calle con el ex presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura, el “socialista” Fuentes Zorita, es posible que practicase con él esta cosa del “escrache”, señalándole con el dedo mientras le grito: “Tú, Fuentes Zorita, eres el único responsable de que se niegue la memoria de los esclavos del franquismo que levantaron la presa del Cenajo”

Si lo véis por ahí, decidle esto de mi parte.

Os lo agradeceré.

6 de abril 2013

Floren Dimas