Nuestra Ministra de Defensa pasa de las históricas condenas de Nuremberg y de la Asamblea General de Naciones Unidas a ‘museizar’ a la “División Azul”
* MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ ARIAS
Se ve que no tiene claro qué era y qué no era legalmente el ejército español igual que se le ha pasado por alto una pequeña condena histórica de nada. La División Azul es la única “unidad militar”, formada por nacionales españoles citada por su nombre y condenada en una resolución internacional.
NUEVATRIBUNA.ES - 30.7.2010
Lo de Carme Chacón es, por partida doble, cosa de “mala memoria”: mala memoria y olvido, de las condenas internacionales a las hazañas criminales de la banda armada “División Azul”, pero también memoria histórica de la mala, de la equidistante y sesgada, de la que no pone a víctimas y a verdugos en su respectivo lugar, que los mezcla indebidamente.
“c) Pruebas incontrovertibles demuestran que Franco fue con Hitler y Mussolini, parte culpable de la conspiración de guerra contra aquellos países que finalmente en el transcurso de la guerra mundial formaron el conjunto de las Naciones Unidas. Fue parte de la conspiración en que se pospondría la completa beligerancia de Franco hasta el momento que se acordara mutuamente”.
En estos contundentes términos se expresaba la famosa resolución de 12 de Diciembre de 1946 de la Asamblea General de Naciones Unidas, donde se denunciaba la complicidad criminal de un régimen “fascista”, el de Franco, “impuesto al pueblo español por la fuerza con la ayuda de las potencias del Eje y a las cuales dio ayuda material durante la guerra”. Un régimen que, decía Naciones Unidas, “no representa al pueblo español”.
Y dicha resolución internacional se basaría, expresamente, en un par de acciones gravemente contrarias a la legalidad internacional del régimen de Franco, la primera de todas, adivínenla: “de 1941 a 1945, la División de Infantería de la Legión Azul, la Legión Española de Voluntarios y la escuadrilla Aérea Salvador, pelearon en el frente oriental contra la Rusia soviética”.
De tal modo que resulta que la División Azul es la única “unidad militar”, formada por nacionales españoles citada por su nombre y condenada en una resolución internacional.
Y digo unidad formada por nacionales españoles, que no unidad del ejército español, ya que el único ejército español legal era el de la República y, según el derecho vigente, lo de Franco no fue otra cosa que una banda criminal armada con “control efectivo” de amplias parte del territorio desde el mismo momento en el que traicionaron la Constitución española y se sublevaron.
Otro despiste de nuestra Ministra de Defensa que se ve que no tiene claro qué era y qué no era legalmente el ejército español igual que se le ha pasado por alto una pequeña condena histórica de nada. ¿Si alguna unidad se sublevase mañana a la Señora Ministra la seguiría considerando “ejército español” y le parecería bien que se le terminase poniendo en un museo como si tal cosa?. Espero que no.
Es sorprendente que toda una ministra del Gobierno de España no haya tenido más presente nada de esto, ya que la impactante inadmisión inicial de nuestro país en las Naciones Unidas – recomendación incluida a todos sus Estados miembro de retirada de sus embajadores en Madrid – fue precisamente debido a tales correrías de nuestros divisionarios y creo que es como para que la sociedad española tenga el derecho a conocer ese pequeño detalle cuando visiten el Museo de Carme Chacón.
Pero claro, ¿para qué mencionar nada de eso – los mayores actos criminales de nacionales españoles en guerra en la historia contemporánea–, en su Museo?
¿Para qué mencionar tampoco que en el Tribunal Militar Internacional de Nuremberg tales andanzas en el este de Europa fueron calificadas como constitutivas de crimen de agresión, crimen de de conspiración, así como de distintos crímenes de guerra y contra la humanidad – incluido el Decreto “noche y niebla” por el que se inventarían con ocasión de tal invasión las desapariciones forzadas que llegarían después a Chile, a Argentina…–?
Esa sí que es toda una contribución española que había que llevar cuanto antes a un Museo, sí señor, la pena es que se olvidasen de mencionarla…como se han olvidado de mencionar la condena penal, y castigo, del propio Mariscal Keitel, máxima autoridad militar a cuyas órdenes sirvió la División…
Nada, nada, que pase la gente por ese museo y que se la mantenga consciente y deliberadamente en el desconocimiento informativo de la clase de unidad museizada que tienen delante, como si se hubiese perpetrado actos de guerra “normales” y no actos criminales de la peor calaña contra toda la comunidad internacional.
Porque ese es uno de los mayores problemas de todo este asunto – al margen del posicionamiento poco ético y honesto a este respecto de nuestra Ministra y la desafortunada elección del lugar –, la desinformación, toda esa gente, miles de personas, que pasen por allí sin tener porque haberse especializado en derecho internacional y a la que nuestra Ministra de Defensa pueda despistar con su despiste.
El lugar de la División Azul no es, de ninguna manera, un Museo del Ejército, sino la sección de crímenes internacionales de un Museo de los Crímenes del Franquismo, aún pendiente de ser construido en nuestro país. Aunque mejor que vayan preparando un buen solar para albergarlos. El Alcázar de Toledo hubiera ido de maravilla: ningún otro sitio mejor para ubicarlo y no el del Ejército.
Y que no se olviden, de paso, de incluir el relato de todos esos crímenes de guerra y sus víctimas, en los libros de texto de todos los niveles, empezando por los de formación en las academias de las fuerzas armadas y de orden público, como dice también con normalidad Naciones Unidas (“garantías de no repetición” lo llama, aunque con el caso que se le hace en nuestro país…).
Y ni me detengo a mencionar el proyecto nazi-fascista al que dicha unidad, la División Azul, sirvió y ayudó a sostener en el tiempo… su ineludible conexión con el holocausto y todos los demás crímenes perpetrados en la Alemania nazi cada día de existencia de ese régimen al que la División Azul defendió.
De modo que lo de Carme Chacón es, por partida doble, cosa de “mala memoria”: mala memoria y olvido, de las condenas internacionales a las hazañas criminales de la banda armada “División Azul”, pero también memoria histórica de la mala, de la equidistante y sesgada, de la que no pone a víctimas y a verdugos en su respectivo lugar, que los mezcla indebidamente.
Y si para ello hay que saltarse un poco, o del todo, Nuremberg y a las Naciones Unidas, pues se saltan.
Que a estas alturas, con más de 3000 fosas clandestinas todavía llenas hasta rebosar de cadáveres y con más de 100.000 asesinatos llamados “sentencias” sin anular siquiera, no se crean que eso de pasarse por las narices las resoluciones internacionales que haga falta va a ser mucho problema para nuestra Ministra o para nuestro Gobierno, ay.
*Miguel Ángel Rodríguez Arias es militante del PSOE, profesor de Derecho Penal Internacional de la Universidad de Castilla-La Mancha, autor del libro "El caso de los niños perdidos del franquismo: crimen contra la humanidad" y otros trabajos pioneros sobre desapariciones forzadas del franquismo que dieron lugar a las actuaciones de la Audiencia Nacional
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