Puerta de O’Donnell. 11:0h
13 rosas y 43 jóvenes de la JSU fusilados
Organiza: PCE Madrid
MANIFIESTO DEL PCM
5 DE AGOSTO DE 2010
Una calurosa mañana más aquí, en este madrileño cementerio del Este, hoy de la Almudena, nos reunimos otra vez para denunciar el terrible asesinato de las trece jóvenes y sus 43 compañeros militantes todos ellos de las Juventudes Socialistas Unificadas tras 71 años de aquella ignominia.
Como ya venimos señalando en anteriores ocasiones, el Partido Comunista de España no quiere separar este acto reivindicativo de todas las acciones llevadas a cabo en este mismo cementerio, o en otros lugares del Estado español, para exigir justicia y reparación para todas las víctimas del franquismo.
El caso de estos 56 jóvenes es representativo de la generalidad por tener un mismo nexo común: el de su militancia y el de su compromiso. Fueron culpables si, fueron culpables por soñar con un mundo mejor para todos, también fueron culpables por defender la legalidad democrática, frente a la sedición y la reacción más involutiva, representada en la legalidad republicana.
Sus valores, sus convicciones, sus sueños truncados en aquella madrugada resuenan en nuestros oídos con más actualidad, si cabe. Por tanto, un año más nos volvemos a conjurar frente a estas tapias en nuestro compromiso por seguir luchando contra la impunidad del franquismo.
71 años de silencio y vergüenza, no son suficientes para acallar nuestras voces ante este terrible crimen. La democracia española necesita, por higiene, conocer y recoger el legado de aquellos y aquellas que murieron por la causa republicana y mantener viva su memoria porque es parte fundamental de la historia democrática de nuestro país.
Ya lo hemos dicho otras veces en estas mismas tapias y seguimos en el empeño: nosotros trabajamos para que se anulen todas las sentencias de aquellos tribunales ilegales que juzgaron a los españoles hasta bien entrada la llamada Transición, trabajamos para que el sistema judicial español entre de oficio en la investigación sobre los crímenes cometidos por el franquismo y que aún siguen impunes: desapariciones, muerte, exilio, inhabilitaciones, secuestro de niños… y trabajamos para la correcta aplicación de los acuerdos internacionales de la imprescriptibilidad de los crímenes contra la paz y de los delitos de lesa humanidad que se sucedieron durante los años de la dictadura, condenados ya desde los juicios de Nüremberg y no aplicados todavía en el caso español.
Amigos, compañeros, camaradas: no vamos a admitir que borren nuestras esperanzas ni anulen nuestros pequeños logros aquellos que pretenden, de nuevo, neutralizar la lucha de nuestras reivindicaciones utilizando marcos legislativos, como son la ley de memoria o la ley de amnistía, o utilizando estos como arma arrojadiza, ni que tampoco se regocijen aquellos otros que ven en este ámbito de trabajo una nuevo argumento con el que atacar y demonizar a los que siempre estuvieron en el lado de la justicia y de la legalidad; que les quede claro a todos ellos que los criterios internacionales de protección de los derechos humanos están por encima de cualquier marco judicial o administrativo. Y sobre esa base continuaremos reivindicando.
MANIFIESTO DEL PCM
5 DE AGOSTO DE 2010
Una calurosa mañana más aquí, en este madrileño cementerio del Este, hoy de la Almudena, nos reunimos otra vez para denunciar el terrible asesinato de las trece jóvenes y sus 43 compañeros militantes todos ellos de las Juventudes Socialistas Unificadas tras 71 años de aquella ignominia.
Como ya venimos señalando en anteriores ocasiones, el Partido Comunista de España no quiere separar este acto reivindicativo de todas las acciones llevadas a cabo en este mismo cementerio, o en otros lugares del Estado español, para exigir justicia y reparación para todas las víctimas del franquismo.
El caso de estos 56 jóvenes es representativo de la generalidad por tener un mismo nexo común: el de su militancia y el de su compromiso. Fueron culpables si, fueron culpables por soñar con un mundo mejor para todos, también fueron culpables por defender la legalidad democrática, frente a la sedición y la reacción más involutiva, representada en la legalidad republicana.
Sus valores, sus convicciones, sus sueños truncados en aquella madrugada resuenan en nuestros oídos con más actualidad, si cabe. Por tanto, un año más nos volvemos a conjurar frente a estas tapias en nuestro compromiso por seguir luchando contra la impunidad del franquismo.
71 años de silencio y vergüenza, no son suficientes para acallar nuestras voces ante este terrible crimen. La democracia española necesita, por higiene, conocer y recoger el legado de aquellos y aquellas que murieron por la causa republicana y mantener viva su memoria porque es parte fundamental de la historia democrática de nuestro país.
Ya lo hemos dicho otras veces en estas mismas tapias y seguimos en el empeño: nosotros trabajamos para que se anulen todas las sentencias de aquellos tribunales ilegales que juzgaron a los españoles hasta bien entrada la llamada Transición, trabajamos para que el sistema judicial español entre de oficio en la investigación sobre los crímenes cometidos por el franquismo y que aún siguen impunes: desapariciones, muerte, exilio, inhabilitaciones, secuestro de niños… y trabajamos para la correcta aplicación de los acuerdos internacionales de la imprescriptibilidad de los crímenes contra la paz y de los delitos de lesa humanidad que se sucedieron durante los años de la dictadura, condenados ya desde los juicios de Nüremberg y no aplicados todavía en el caso español.
Amigos, compañeros, camaradas: no vamos a admitir que borren nuestras esperanzas ni anulen nuestros pequeños logros aquellos que pretenden, de nuevo, neutralizar la lucha de nuestras reivindicaciones utilizando marcos legislativos, como son la ley de memoria o la ley de amnistía, o utilizando estos como arma arrojadiza, ni que tampoco se regocijen aquellos otros que ven en este ámbito de trabajo una nuevo argumento con el que atacar y demonizar a los que siempre estuvieron en el lado de la justicia y de la legalidad; que les quede claro a todos ellos que los criterios internacionales de protección de los derechos humanos están por encima de cualquier marco judicial o administrativo. Y sobre esa base continuaremos reivindicando.
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