15 de enero de 2014

Estimada Mª José ... recuerda que aunque a veces hay malas experiencias, nunca debes retroceder ni rendirte, quien persevera alcanza.
Joan Busquets i Verges. Exmaqui libertario del Berguedá 28/12/2013
"Muero contento, porque equivocado o no, muero por una idea" Manuel Barreiro dos días antes de ser fusilado 12/3/1939


domingo, 23 de agosto de 2015

Jorge Fernández Díaz: el hijo de un represor franquista


Fragmento del El Comunista 10/1/2014
... Lo que más choca, sin embargo, de  las declaraciones de Fernández Díaz, es que se auto-otorga la condición de “catalán mestizo”, como si fuera uno de los cientos de miles de ciudadanos de otras partes del Estado que entre 1950 y 1970 vino a vivir en los países catalanes. Fernández Díaz no es un inmigrante, o un niño de cualquier inmigrante. No vino de la miseria impuesta por el régimen franquista a buscar una vida mejor  en nuestro país. Él no formaba parte de  las clases populares. Era todo lo contrario: el hijo de una dictadura represiva que, tuvo entre otros objetivos,  reprimir la inmigración de aquella época.

Servicio para la represión de la infravivienda ( barracas o chabolas).
Fue establecido por el Ayuntamiento fascista de Barcelona en 1949. Desde 1957 fue prohibida la construcción de más chabolas y se derribaron muchas de ellas, a través de la acción de grupos de la Guardia Urbana. Asimismo, el franquista  Acedo Colunga, gobernador civil, ordenó deportar a aquellos que vinieron de otras partes del Estado  sin  contrato de trabajo.

Palacio de las Misiones de Montjuïc.
Fue un campo de internamiento auténtico, por el que pasaron más de 15.000 personas, en virtud de  las órdenes de Acedo Colunga y el Ayuntamiento de Barcelona. Muchos otros ,incluso ni llegaron a estar allí, porque fueron inmediatamente devueltos  a sus pueblos de origen en el mismo tren en el  que habían venido.Hecho que los arrojaba a  la más absoluta miseria después de haber invertido todos sus ahorros en poder llegar a Barcelona.

Rivera López, “el Grabao”.
Guardia urbana de infausta memoria para los habitantes de barracas de la ciudad. Estos barrios,  eran el territorio donde tenía barra libre para derribar casas, deportar barraquistas, robar, chantajear y, según dicen algunos, incluso hacer abortar mujeres de una paliza. 

Jorge Fernández Díaz nace en Valladolid en 1950, pero desde muy poco llega a Barcelona. Llega después de tres días de gira con “El Sevillano”, cargando maletas y cajas de cartón con un trozo de papel con la dirección de un miembro de la familia donde instalarse en un principio. Pero desde luego, no  hace el último tramo del viaje con el temor  a ser detenido por la policía y devuelto  a su pueblo de origen, o ser internado en el Palacio de las Misiones.

Jorge Fernández Díaz llegó a Barcelona con 3 años como lo que era: el hijo del nuevo y flamante subinspector  de la Guardia Urbana, Eduardo Fernández Ortega.Teniente Coronel de caballería del ejército franquista. El mismo cuerpo que desfiló el 21 de febrero de 1939 por la Diagonal de Barcelona para celebrar la conquista de la ciudad.

Después de la huelga de tranvías del 1951 es el momento de renovar el aparato represivo de la ciudad, para hacerlo más efectivo, razón por la cual, el gobierno civil,  nombra a Acedo Colunga 

Eduardo Fernández Ortega.
Es el padre del actual ministro del interior que da cobertura a las prácticas de los agentes de policía como “el Grabao” y quién ordenó las redadas y el internamiento en el Palacio de las Misiones. Es la misma época en la que un tal  Francisco García-Valdecasas reprimía y expulsaba a  los estudiantes desde su cargo como rector de la Universitat de Barcelona. Tiempo más tarde, sus respectivos hijos, Jorge y Julia, serían compañeros políticos y también destacarían  en la represión contra el pueblo catalán. Y otra vez indiscriminadamente: contra quienes estaban ya allí y contra quienes acababan de llegar.

Jorge Fernández Díaz hizo carrera política gracias a los servicios prestados por su padre a Franco. Dos años en la delegación del Ministerio de trabajo en Barcelona le sirvieron para enchufar a su esposa, tres hermanos, tres cuñados y un primo político. Después llegaría a su cargo como gobernador civil, desde donde encarcelaría a varias personas por portar  una pancarta en la que decía “Independencia”.

Fernández Díaz no es ningún hijo de la inmigración. Fernández Díaz no es de los nuestros.  Y no lo es, no porque sea favorable a la unidad de España, no. No lo es porque él es de la casta, de la chusma, que hundieron el sur del estado en la  miseria e instauran un régimen de terror en los países catalanes. Contra todos: contra los que ya estaban allí, contra quienes fueron pasando y contra aquellos que vinieron huyendo de la miseria franquista.

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