Fragmento del El Comunista 10/1/2014
... Lo que más choca, sin embargo, de las
declaraciones de Fernández Díaz, es que se auto-otorga la condición de
“catalán mestizo”, como si fuera uno de los cientos de miles de
ciudadanos de otras partes del Estado que entre 1950 y 1970 vino a vivir
en los países catalanes. Fernández Díaz no es un inmigrante, o un niño
de cualquier inmigrante. No vino de la miseria impuesta por el régimen
franquista a buscar una vida mejor en nuestro país. Él no formaba parte
de las clases populares. Era todo lo contrario: el hijo de una
dictadura represiva que, tuvo entre otros objetivos, reprimir la
inmigración de aquella época.
Servicio para la represión de la infravivienda ( barracas o chabolas).
Fue establecido por el Ayuntamiento
fascista de Barcelona en 1949. Desde 1957 fue prohibida la construcción
de más chabolas y se derribaron muchas de ellas, a través de la acción
de grupos de la Guardia Urbana. Asimismo, el franquista Acedo Colunga,
gobernador civil, ordenó deportar a aquellos que vinieron de otras
partes del Estado sin contrato de trabajo.
Palacio de las Misiones de Montjuïc.
Fue un campo de
internamiento auténtico, por el que pasaron más de 15.000 personas, en
virtud de las órdenes de Acedo Colunga y el Ayuntamiento de Barcelona.
Muchos otros ,incluso ni llegaron a estar allí, porque fueron
inmediatamente devueltos a sus pueblos de origen en el mismo tren en el
que habían venido.Hecho que los arrojaba a la más absoluta miseria después de haber invertido todos sus ahorros en poder llegar a Barcelona.
Rivera López, “el Grabao”.
Guardia
urbana de infausta memoria para los habitantes de barracas de la ciudad.
Estos barrios, eran el territorio donde tenía barra libre para
derribar casas, deportar barraquistas, robar, chantajear y, según dicen
algunos, incluso hacer abortar mujeres de una paliza.
Jorge
Fernández Díaz nace en Valladolid en 1950, pero desde muy poco llega a
Barcelona. Llega después de tres días de gira con “El Sevillano”,
cargando maletas y cajas de cartón con un trozo de papel con la
dirección de un miembro de la familia donde instalarse en un principio.
Pero desde luego, no hace el último tramo del viaje con el temor a ser
detenido por la policía y devuelto a su pueblo de origen, o ser
internado en el Palacio de las Misiones.
Jorge
Fernández Díaz llegó a Barcelona con 3 años como lo que era: el hijo del
nuevo y flamante subinspector de la Guardia Urbana, Eduardo Fernández
Ortega.Teniente Coronel de caballería del ejército franquista. El mismo
cuerpo que desfiló el 21 de febrero de 1939 por la Diagonal de Barcelona
para celebrar la conquista de la ciudad.
Después
de la huelga de tranvías del 1951 es el momento de renovar el aparato
represivo de la ciudad, para hacerlo más efectivo, razón por la cual, el
gobierno civil, nombra a Acedo Colunga
Eduardo Fernández Ortega.
Es el
padre del actual ministro del interior que da cobertura a las prácticas
de los agentes de policía como “el Grabao” y quién ordenó las redadas y
el internamiento en el Palacio de las Misiones. Es la misma época en la
que un tal Francisco García-Valdecasas reprimía y expulsaba a los
estudiantes desde su cargo como rector de la Universitat de Barcelona.
Tiempo más tarde, sus respectivos hijos, Jorge y Julia, serían
compañeros políticos y también destacarían en la represión contra el
pueblo catalán. Y otra vez indiscriminadamente: contra quienes estaban ya allí y contra quienes acababan de llegar.
Jorge
Fernández Díaz hizo carrera política gracias a los servicios prestados
por su padre a Franco. Dos años en la delegación del Ministerio de
trabajo en Barcelona le sirvieron para enchufar a su esposa, tres
hermanos, tres cuñados y un primo político. Después llegaría a su cargo
como gobernador civil, desde donde encarcelaría a varias personas por
portar una pancarta en la que decía “Independencia”.
Fernández
Díaz no es ningún hijo de la inmigración. Fernández Díaz no es de los
nuestros. Y no lo es, no porque sea favorable a la unidad de España,
no. No lo es porque él es de la casta, de la chusma, que hundieron el
sur del estado en la miseria e instauran un régimen de terror en los
países catalanes. Contra todos: contra los que ya estaban allí, contra
quienes fueron pasando y contra aquellos que vinieron huyendo de la
miseria franquista.