Versión original de 1978 |
La Constitución de 1978 fue concebida para asegurar la continuidad del
franquismo, con apariencias democráticas
Joan Busquet - enero 2016
Ante los excesos y escándalos de corrupción de la casa real, se comenta
desde un tiempo a esta parte de reformar o cambiar algunos artículos de la
Constitución o incluso de suprimirla enteramente. Sabemos que Juan Carlos I
juró, en Cortes, en presencia de Franco, lealtad a los principios fundamentales
del movimiento, reconociendo la legitimidad política al golpe militar fascista
del 18 de julio de 1936. Con esta premisa quedó sin equívocos desde el
principio la posición política del monarca.
Los partidarios deseosos
de suprimir la Constitución, se basa, que quienes la proyectaron eran fascistas,
empezando por Manuel Fraga Iribarne, Adolfo Suárez, Calvo Sotelo y otros
individuos de su misma ralea, encargaron al duque Torcuato Fernández Miranda,
jurista de formación, de redactar la Constitución española de 1978, y detrás de
estos fascistas estaba el Rey, Juan Carlos I, que dio el visto bueno al documento.
Actualmente, los
fascistas quieren modificar el artículo 168, relativo a la Corona para arropar
el nuevo Rey (Felipe VI, ya que detrás de él no hay ningún varón para
relevarlo, la preferencia de ser varón sigue primando para ser rey. Por consiguiente,
a falta de varones se impone un cambio, aunque -una reforma constitucional-
obliga a que cualquier revisión de la Carta Magna total o parcial que afecte a
cuestiones de la Corona, los derechos humanos o la unidad de la nación se tenga
que aprobar por mayoría de dos tercios de cada Cámara y la posterior disolución
inmediata de las Cortes. Finalmente, la reforma constitucional debe ser
aprobada en referéndum. Lo cual no es de extrañar que el PP y otros sean refractarios
de hacer cambios por miedo de perder el chollo del bienestar que disfrutan
actualmente. Protegidos por una constitución hecha a su medida, tanto en el
aspecto político, económico y social.
Los privilegios desmesurados
otorgados al Rey es una prueba que España no es democrática como quieren darnos
a entender. Dado que el Rey cuenta con una inmunidad penal ante cualquier acto
delictivo que pudiera cometer y sobreprotegido por los medios de comunicación
convencionales como si fuera un semidios intocable. Son muy pocas cosas que se
han publicado de su persona y sobre sus afirmaciones políticas con un mínimo de
objetividad… En el artículo 490.3 del Código
“Juan Carlos I
cuenta con una protección constitucional que le otorgaba el artículo 56.3 de la
Carta Magna, un derecho que le está reservado desde 1978”, actualmente es Felipe
VI que beneficia de esta prerrogativa.
No obstante, hay
voces que reclaman una consulta popular sobre si seguir con la monarquía
parlamentaria. Creo que ha llegado el momento de desembarazarse lo que dejó
Franco tan minuciosamente “atado y bien atado”, en primer lugar habría que
deshacerse de la constitución fascista que está repleta de contradicciones y a
continuación el pueblo que elija libremente en un referéndum “Monarquía o
República”.
Una España
Republicana sería un paso fundamental que concordaría mejor a las normas
democráticas.
Joan Busquets
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